La vida es una colección de momentos y cada uno de ellos cuenta. Pero no estamos realmente presentes en muchos de esos momentos. Nuestro cuerpo está en un lugar y nuestra mente en otro. Estamos tan ocupados que pasamos de una cosa a otra sin percibir lo que sucede a nuestro alrededor. Vivimos la mayor parte del tiempo en el mundo de los pensamientos, sin estar presentes donde estamos ni con quién compartimos ese momento. ¿Qué pasa con todos esos momentos que no apreciamos? Los perdemos. Nunca volverán. Andamos por la vida deprisa y nos olvidamos de disfrutar de sus momentos. Pero podemos elegir estar presentes en cada momento. Apreciamos las grandes cosas y las ocasiones importantes, pero ¿vivimos cada momento? Creo que no. Cada día nos perdemos muchos momentos. Se los regalamos a la preocupación, la ansiedad, o se evaporan mientras pensamos en lo que no va bien o no nos gusta. Abandonamos el momento presente para ir a otro lugar al que llamamos futuro y lo imaginamos con todo detalle. O nos entretenemos con las historias del pasado. A veces estamos tan agotados que dejamos pasar los momentos. Nos desconectamos de la vida y dejamos de vivirla. Esa vida que está sucediendo en este mismo instante. Olvidamos que el tiempo pasa. Pero podemos tomar conciencia y no perder más segundos de nuestra vida. Tienes el poder de concentrarte en los pensamientos y creencias que tú escojas. Sé consciente de lo que sucede en tu realidad interior y a tu alrededor. Decide qué es esencial y cultívalo en tu vida. Cultiva la alegría para vivir momentos alegres. Concéntrate en la paz interior para tener momentos de relajación. Invita al Amor a tu vida si quieres vivir momentos amorosos. La presión que nos imponemos no nos permite vivir el momento tal como es. Tenemos planes, ideas, metas, responsabilidades. No podemos olvidarnos de ellos porque creemos que lograr todas estas cosas es de suma importancia. Pero ¿y si el propósito de la vida es disfrutar al máximo cada centímetro de ella? Concéntrate en ser y saborear el momento de forma consciente. Date cuenta de que cada momento en tu vida es un milagro y déjate sorprender por el mundo en el que vives. Deberíamos reservar tiempo en nuestra existencia para simplemente ser y "no hacer". Estoy seguro de que recuerdas los momentos significativos de tu vida. Pero cada momento puede ser importante independientemente de dónde o con quién estés, y de lo que estés haciendo. No etiquetes el momento como bueno o malo; vívelo. No pospongas tu felicidad esperando a que lleguen los buenos momentos. Puedes transformar todos los instantes en buenos momentos si quieres. Todo depende de tu actitud ante lo que estás viviendo, no del momento en sí. Experimenta cada segundo de tu vida con todo tu ser. No rechaces ninguna experiencia porque no es como quieres que sea, o como hubieras elegido. No te enfades contigo por no estar donde quieres estar. Evita estresarte porque las cosas no son como deberían ser. Estás vivo para amar plenamente y compartir momentos con los demás. Reserva tiempo para disfrutar de las experiencias placenteros que ofrece la vida en la Tierra. Recuerda que este momento puede ser alegre, y el siguiente también, y todos los demás momentos. Cuando ves tu realidad llena de oportunidades para amar y ser feliz, esta se transforma. Nada tiene que ser perfecto para que disfrutes de este momento. Es la forma amorosa en la que lo miras lo que hace que el momento sea perfecto. ¡Empecemos a disfrutar de los momentos! "La forma de desarrollar el hábito de saborear es hacer una pausa cuando algo es hermoso, bueno y llama nuestra atención - el sonido de la lluvia, la mirada del cielo nocturno - el brillo en los ojos de un niño, o cuando somos testigos
de algún acto de amabilidad... luego sumérgete totalmente en la experiencia de saborearlo" Tara Brach
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Eres parte del mundo natural. Aunque puede parecerte que eres una entidad diferente, estás hecho de los mismos elementos. La naturaleza y tú compartís el planeta Tierra, el aire que respiras y el agua que bebes. El calcio de tus huesos, el hierro de tu sangre, el nitrógeno de tu ADN y muchas otras cosas, están presentes en ti y en el Cosmos. Estás hecho de la misma materia que el Universo. Vivimos separados del mundo natural como si fuese algo ajeno a nosotros. Disfrutamos de jardines y plantas en nuestras casas y calles. Vamos a la playa, a la montaña, o a un parque natural, pero es como si visitáramos a alguien y luego nos despidiéramos y volviésemos a nuestra vida normal. Es posible que tengamos un hermoso árbol frente a nuestra casa y ni siquiera nos demos cuenta si tiene más o menos hojas o está floreciendo, o si una planta en nuestra casa necesita agua. Nuestros antepasados vivían más conectados con el mundo natural que nosotros y sabían que dependemos de los recursos naturales para sobrevivir. Damos por sentado que al abrir el grifo obtendremos agua potable y que la comida no nos faltará porque siempre podemos ir al supermercado. Pero no es necesario ser agricultor para comprender que todo lo que necesitamos para sobrevivir proviene de la Madre Tierra, que comparte su abundancia con nosotros. Parece que en esta era moderna hemos olvidado que si no cuidamos a la Madre Tierra no podremos sobrevivir. ¿No deberíamos amar a la madre que nos alimenta? Amar algo significa apreciarlo, respetarlo, conectar con ello. El mundo natural no está para ser observado sino para que seamos parte de él. Debemos cultivar una actitud de agradecimiento hacia el mundo en el que vivimos. ¿Alguna vez le has dado las gracias al sol por iluminar tu existencia? ¿Has apreciado el agua que bebes cuando entra en tu cuerpo y se vuelve parte de ti? ¿Has agradecido la brisa fresca en tu cara en un día caluroso? Al tomar conciencia del mundo en el que vives y estar presente en él, comprenderás que eres parte de un sistema más grande que tú y que estás conectado a él. El mundo natural no está fuera de ti, sino en ti; es parte de lo que eres. Cuando olvidas esto, es más fácil que permitas que se destruya el planeta en el que vivimos. A través de nuestras decisiones diarias colaboramos en que esto suceda, permitiendo que el agua, el aire y el suelo sean contaminados y que el planeta se degrade. Si quieres ser uno con todo lo que existe, observa el cielo lleno de estrellas por la noche, o la inmensidad del mar hasta el horizonte. En ese instante podrás sentir tu pertenencia al Universo. Todos somos piezas de un ecosistema perfecto. Debemos vivir en sintonía con el mundo natural y respetar y honrar el planeta Tierra, nuestro hogar. Eres un ser más, un habitante de este planeta, al igual que una flor, una montaña o una jirafa. Sentir que perteneces al mundo natural te permitirá cultivar una conexión más profunda con quién eres y todo lo que existe y desarrollar un sentido de apreciación hacia ello. Hoy, mira a tu alrededor con agradecimiento y ama todo lo que veas. "Existe una profunda interconexión entre todos los seres vivos en la Tierra, desde los organismos más pequeños hastalos ecosistemas más
grandes, y absolutamenteentre cada persona” Bryant McGill El Amor no es un sentimiento pasajero que alguien puede robarte o que simplemente desaparece. El Amor es una energía que se apodera de ti. Si te has enamorado alguna vez en tu vida, seguro que recuerdas la increíble sensación que sentiste. Ni siquiera necesitabas estar en la presencia de esa persona para sentir Amor. Recordar un momento que disfrutasteis juntos te devolverá esa increíble sensación de Amor que sentías en tu interior. Pero ¿qué sucede con el Amor cuando pasa el tiempo y el efecto de la luna de miel disminuye? ¿Se puede estar enamorado toda la vida? Parece complicado estar siempre enamorado en una relación romántica porque el Amor se transforma y cambia. Te transforma a ti y a la otra persona. Se vuelve más profundo y se convierte en algo que no sucede espontáneamente, sino que se crea día a día. Cuando el Amor se vuelve más profundo y la intimidad aumenta, es posible que no sientas la misma adoración y pasión hacia esa persona, pero aunque el enamoramiento haya desaparecido, tú eliges compartir tu Amor. Hay un Amor que reside en tu interior. Nadie te lo puede quitar porque tú lo creas. Eres tú quien lo cultiva. Con este Amor viajas por la vida con el corazón abierto permitiendo que el Amor fluya libremente y llegue a los demás. No es Amor romántico sino Amor verdadero. Es un Amor que ve al otro como es, no como tú deseas, imaginas o quieres que sea. Es un Amor que acepta y no juzga a los demás. Es un Amor que perdona las faltas del otro y las tuyas. No tenemos un nombre diferente para este tipo de Amor, usamos la misma palabra: Amor, pero se trata de algo diferente. Puedo decirle a alguien que me gusta, pero no es equiparable a decirle te amo. Podríamos llamarlo aprecio porque agrega una dimensión al Amor del que estoy hablando. Para apreciar algo, tengo que verlo, darme cuenta de que existe, conocerlo, y entonces puedo decir que lo aprecio. El aprecio está conectado con el agradecimiento. Si te aprecio tal como eres estaré agradecida de poder compartir mi Amor contigo. El Amor es universal; todos disponemos de Amor y podemos compartirlo con todo lo que existe. Cada idioma tiene diferentes expresiones para el Amor. Por ejemplo, en español tenemos la expresión "te quiero" que no suena igual en inglés. Pero no importa si digo "Ti Amo", "Je t'aime" o "T'estimo". Lo que importa es que lo diga de corazón. El Amor no es una palabra; es un estado de ser que demuestras a través de tus acciones. “El Amor es una fuerza más extraordinaria que cualquier otra. Es invisible: no se puede ver ni medir, pero es lo suficientemente poderoso como para transformarte en un momento”
Bárbara de Angelis Todos queremos ser reconocidos, comprendidos y amados en nuestras relaciones cercanas. Es fundamental invertir energía en demostrarle a un ser querido que realmente sientes por él. El regalo más importante que puedes ofrecerle a quien amas es tu atención total, y un interés real por conocerlo y aceptarlo tal como es. No hay relación que esté garantizada. No necesitas averiguar quién es la persona a la que amas, o qué es importante en su mundo. ¡Pregúntaselo! Demuestra interés por sus sueños, lo que desea y por qué lo quiere, lo que le emociona y le preocupa, lo que le hace sentirse feliz o frustrado. Pregúntale a ese ser cualquier cosa que te ayude a comprenderlo a él y a su universo; cuál es la razón por la que se levanta de la cama cada mañana, y lo que aprecia. Escucha atentamente lo que te dice. Mantente totalmente presente. Escucha solamente, no reacciones ni trates de dar respuesta alguna. Solo recibe la información en tu interior. Una vez hayas recibido todo lo que la otra persona compartió contigo, te darás cuenta de que el mensaje incluía más que palabras. El lenguaje corporal, el tono de voz, lo relajada que la persona está, su sonrisa, las pausas o el silencio durante la conversación, te dirán tanto como las palabras que esta persona eligió para comunicarse contigo. La presencia crea una conexión real. Construir una relación y compartir requiere tiempo. A mucha gente le da miedo mostrar su verdadero yo. Sienten que si los demás los ven como son dejarán de amarlos. Usan una máscara y tratan de complacer aquellos con quien se relacionan para obtener el Amor que desean. No es fácil conocer a una persona que no desea abrirse, hablar de sentimientos o deseos reales, o que no está realmente conectada consigo misma. Cuando amas a alguien verdaderamente, ese Amor puede proporcionar un espacio seguro y alentar al ser amado a salir de su caparazón y a ser más auténtico. Cuando ames, hazlo incondicionalmente. Ama a esa persona tal como es, incluyendo sus defectos, sus historias, y su pasado. Dale al otro la oportunidad de expresar quién es. Tener una relación con alguien durante mucho tiempo no garantiza que conozcas a esa persona. Quizás ese individuo ha evolucionado y ha cambiado sin que te des cuenta, y ahora solo conoces la imagen que tienes de tu ser querido. A lo mejor crees que realmente sabes quién es esa persona porque os veis todos los días o habláis con regularidad. O tal vez nunca llegasteis a ese profundo lugar en el que se comparte lo más íntimo y personal. Crear intimidad es un arte, y ocurre cuando ofreces tu presencia, interés y tiempo al ser al que amas. Si quieres experimentar Amor verdadero, conecta desde tu corazón con la persona que has elegido para que esté en tu vida, y a quien consideras especial. Cuando disfrutes de un momento de vida junto a un ser querido muéstrate tal como eres, sé auténtico, aunque te sientas vulnerable, y déjate conocer. Comparte tu Amor. Utiliza cada momento que paséis juntos como una oportunidad para reencontraros, como si fuese la primera vez que os vierais, y demostraros vuestro Amor. Mira a los ojos de la persona a la que amas y expresa la siguiente intención: "Quiero saberlo todo sobre ti, para amarte aún más. Quiero ver la profundidad de tu esencia". "El primer deber del Amor es escuchar"
Paul Tillich Pasamos mucho tiempo luchando contra la realidad, hablando sobre ella, y criticándola cuando no nos gusta. No hay una sola realidad, hay muchas, tantas como personas en el mundo. No vemos la realidad como es, sino como somos. Observamos el mundo a través de nuestros sentidos, valores, filosofía de vida, cultura, educación, experiencias... Juzgamos nuestra vida y decidimos si nos va bien o mal viviéndola. La verdad es que no podemos modificar la realidad que otros ven, solo podemos cambiar nuestro enfoque sobre lo que experimentamos y presenciamos, y a nosotros. Si en lugar de intentar evitar lo que está sucediendo, aprendemos a estar presentes y a aceptar lo que llega a nuestras vidas sin perder el balance, obtendremos un mayor bienestar y más alegría. Es difícil estar presente y ser consciente cuando te enfrentas a una realidad que te asusta, que no puedes controlar, que es incierta. Lo sé. Pero estoy segura de que puedes encontrar la fuerza en tu interior para enfrentarte a las cosas tal como son. Tienes más poder de resistencia de lo que imaginas. Date permiso para sentir y mostrar tu vulnerabilidad. Nunca ignores tus sentimientos, porque te ofrecerán la información que necesitas para hacer lo que es mejor para ti. Invertir más energía luchando contra la vida o preocupándote por ella no resolverá nada, todo lo contrario. Deberías dedicar toda la energía que posees a buscar soluciones, y no centrarte en los problemas. Ve a tu interior, y encontrarás claridad. Para y escucha, y crearás espacio para recibir orientación. Relájate y descansa, y tendrás más energía para enfrentarte a cualquier cosa que la vida te envíe. La realidad no es ni positiva ni negativa, simplemente es. No puedes huir de ella. Pero puedes invertir en crear una nueva realidad; una que te guste, en la que haya paz, Amor, y donde sucedan cosas positivas. Esta realidad empieza contigo. Planta las semillas de la vida que quieres vivir y la verás florecer. Hazlo a través de tu comportamiento diario, tu liderazgo, tus buenas intenciones y actos de Amor, tu autenticidad y tu deseo de crear una realidad mejor para todos, no solo para ti. Siempre hay algo que puedes apreciar, incluso en una vida que no te gusta. El mundo está lleno de maravillas y cosas hermosas que no percibimos, porque quizás prestamos más atención a las cosas negativas que nos suceden. Aprecia las cosas que son importantes para ti, las que no quieres perder, y agradécelas. Centra toda tu atención en lo que vale la pena. Esta es la forma en la que creas una nueva realidad, con el poder de tu intención y Amor. "Lo que sembramos en nuestra mente subconsciente, y alimentamos
con repetición y emoción, algún día se hará realidad" Earl Nightingale |
Autora
Judith Costa es Coach de Amor Incondicional, creadora de cursos, escritora y conferenciante. Posee un Máster en Psicología y Psicoterapia y un MBA. Es consultora certificada y profesora de Registros Akáshicos, terapeuta de vidas pasadas y entrenadora de felicidad certificada. Ayuda a sus clientes a amarse a si mismos, a manifestar la relación que desean, y la vida que merecen. Archivos
November 2023
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