Eres parte del mundo natural. Aunque puede parecerte que eres una entidad diferente, estás hecho de los mismos elementos. La naturaleza y tú compartís el planeta Tierra, el aire que respiras y el agua que bebes. El calcio de tus huesos, el hierro de tu sangre, el nitrógeno de tu ADN y muchas otras cosas, están presentes en ti y en el Cosmos. Estás hecho de la misma materia que el Universo. Vivimos separados del mundo natural como si fuese algo ajeno a nosotros. Disfrutamos de jardines y plantas en nuestras casas y calles. Vamos a la playa, a la montaña, o a un parque natural, pero es como si visitáramos a alguien y luego nos despidiéramos y volviésemos a nuestra vida normal. Es posible que tengamos un hermoso árbol frente a nuestra casa y ni siquiera nos demos cuenta si tiene más o menos hojas o está floreciendo, o si una planta en nuestra casa necesita agua. Nuestros antepasados vivían más conectados con el mundo natural que nosotros y sabían que dependemos de los recursos naturales para sobrevivir. Damos por sentado que al abrir el grifo obtendremos agua potable y que la comida no nos faltará porque siempre podemos ir al supermercado. Pero no es necesario ser agricultor para comprender que todo lo que necesitamos para sobrevivir proviene de la Madre Tierra, que comparte su abundancia con nosotros. Parece que en esta era moderna hemos olvidado que si no cuidamos a la Madre Tierra no podremos sobrevivir. ¿No deberíamos amar a la madre que nos alimenta? Amar algo significa apreciarlo, respetarlo, conectar con ello. El mundo natural no está para ser observado sino para que seamos parte de él. Debemos cultivar una actitud de agradecimiento hacia el mundo en el que vivimos. ¿Alguna vez le has dado las gracias al sol por iluminar tu existencia? ¿Has apreciado el agua que bebes cuando entra en tu cuerpo y se vuelve parte de ti? ¿Has agradecido la brisa fresca en tu cara en un día caluroso? Al tomar conciencia del mundo en el que vives y estar presente en él, comprenderás que eres parte de un sistema más grande que tú y que estás conectado a él. El mundo natural no está fuera de ti, sino en ti; es parte de lo que eres. Cuando olvidas esto, es más fácil que permitas que se destruya el planeta en el que vivimos. A través de nuestras decisiones diarias colaboramos en que esto suceda, permitiendo que el agua, el aire y el suelo sean contaminados y que el planeta se degrade. Si quieres ser uno con todo lo que existe, observa el cielo lleno de estrellas por la noche, o la inmensidad del mar hasta el horizonte. En ese instante podrás sentir tu pertenencia al Universo. Todos somos piezas de un ecosistema perfecto. Debemos vivir en sintonía con el mundo natural y respetar y honrar el planeta Tierra, nuestro hogar. Eres un ser más, un habitante de este planeta, al igual que una flor, una montaña o una jirafa. Sentir que perteneces al mundo natural te permitirá cultivar una conexión más profunda con quién eres y todo lo que existe y desarrollar un sentido de apreciación hacia ello. Hoy, mira a tu alrededor con agradecimiento y ama todo lo que veas. "Existe una profunda interconexión entre todos los seres vivos en la Tierra, desde los organismos más pequeños hastalos ecosistemas más
grandes, y absolutamenteentre cada persona” Bryant McGill
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Autora
Judith Costa es Coach de Amor Incondicional, creadora de cursos, escritora y conferenciante. Posee un Máster en Psicología y Psicoterapia y un MBA. Es consultora certificada y profesora de Registros Akáshicos, terapeuta de vidas pasadas y entrenadora de felicidad certificada. Ayuda a sus clientes a amarse a si mismos, a manifestar la relación que desean, y la vida que merecen. Archivos
November 2023
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