Cuando establezcas relaciones, asegúrate de que sean auténticas, ya sea con tu pareja, un colega de trabajo, un familiar, un amigo, o un hijo. Para ello deberás ver a la otra persona tal como es, y aceptarla totalmente. No intentes cambiar al otro, controlarlo, ni le digas cómo debe actuar para ajustarse a tu ideal. Tener una relación significa apoyar a la otra persona, animarla, estar ahí para ella, pero también respetarla y entender sus decisiones, incluso cuando no te parecen bien. ¡Qué difícil es ver que alguien a quien amas profundamente está estancado, confundido, es infeliz, o no está tomando la mejor decisión (en tu opinión)! Puede resultar complicado respaldar a alguien hasta que encuentre una salida, una solución, o un nuevo o mejor camino en su vida. Con frecuencia damos consejos a los demás que no nos han pedido, y lo hacemos con nuestras mejores intenciones, pero estos quizás no ayudan a la otra persona a seguir adelante, o no hacen que se sienta mejor. Para relacionarte auténticamente con otras personas, debes saber quién eres. Ves el mundo a través de tus ojos y descodificas lo que te sucede influenciado por experiencias pasadas, tu sistema de creencias, tu infancia, educación, y el entorno en el que vives. Cuando observes a los demás trata de hacerlo desde una perspectiva neutra. Sin darte cuenta, puedes juzgar a otros, o proyectar en ellos lo que no has solucionado todavía en tu vida, aún no has superado o comprendido, o todo aquello de lo que no eres consciente, porque lo has suprimido o reprimido. Culpamos a los demás por hacernos sentir de cierta manera, cuando en realidad nos están brindando la oportunidad de resolver problemas subyacentes y patrones inconscientes, y de curar heridas del pasado que aún nos afectan en el presente. Creamos relaciones basadas en las ideas que tenemos sobre cómo debe ser la conexión con una persona. Pero tal vez no conocemos a la verdadera "persona", no porque ella no nos permita hacerlo, sino porque no vemos quién es esa persona realmente. A veces, idealizamos a alguien y, después del período de luna de miel, cuando nos damos cuenta de cómo es realmente esa persona, la rechazamos. La otra persona no ha cambiado, fue siempre igual. Lo que ha cambiado es nuestra opinión solamente. En ese momento nos damos cuenta de que nos estábamos relacionando con esa persona a través del filtro de nuestras propias ideas sobre cómo debería ser y funcionar la relación, no auténticamente. Si deseas conocer a alguien de verdad, pasa tiempo en compañía de esa persona para construir la relación. Escucha lo que dice y observa la forma en la que actúa. Su comportamiento puede hablar más alto que sus palabras. Cuando estés con esa persona, hazlo al cien por cien, y préstale toda tu atención. De este modo percibirás mucho más que simples palabras en una conversación. Cuando escuches, no escuches para responder, solo escucha atentamente y de forma activa. Haz un esfuerzo por responder tal como deseas, y evita reaccionar a lo que el otro dice. Elige tus palabras cuidadosamente, y piensa si lo que vas a decir simplemente llena el silencio, o si es realmente significativo, positivo, y necesario. Aprendemos mucho en nuestras relaciones. Nos convertimos en mejores personas a través de las relaciones que establecemos con los demás. Cambiamos las vidas de aquellos a quien amamos. Somos transformados por el Amor que damos y recibimos. Una relación debe sacar lo mejor del otro (¡con suerte!). Y si este no es el caso, podría estar enseñándote algo. Si la relación que mantienes con alguien no funciona, no culpes únicamente a la otra persona, obsérvate a ti también, y averigua qué puedes hacer para mejorarla, incluso si es solamente ser más amoroso. Date cuenta de lo que aportas a cada una de tus relaciones, e intenta dar lo mejor de ti en cada encuentro y conversación. No pidas Amor, compártelo, entrégalo libremente y se te devolverá multiplicado. "Permite que haya espacios en vuestra unión y deja que los vientos del cielo bailen entre vosotros. Amaos el uno al otro, pero no construyáis un vínculo de amor: que sea más bien un mar en movimiento entre las orillas de vuestras almas"
Khalil Gibran
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Autora
Judith Costa es Coach de Amor Incondicional, creadora de cursos, escritora y conferenciante. Posee un Máster en Psicología y Psicoterapia y un MBA. Es consultora certificada y profesora de Registros Akáshicos, terapeuta de vidas pasadas y entrenadora de felicidad certificada. Ayuda a sus clientes a amarse a si mismos, a manifestar la relación que desean, y la vida que merecen. Archivos
November 2023
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