El Amor no es un sentimiento pasajero que alguien puede robarte o que simplemente desaparece. El Amor es una energía que se apodera de ti. Si te has enamorado alguna vez en tu vida, seguro que recuerdas la increíble sensación que sentiste. Ni siquiera necesitabas estar en la presencia de esa persona para sentir Amor. Recordar un momento que disfrutasteis juntos te devolverá esa increíble sensación de Amor que sentías en tu interior. Pero ¿qué sucede con el Amor cuando pasa el tiempo y el efecto de la luna de miel disminuye? ¿Se puede estar enamorado toda la vida? Parece complicado estar siempre enamorado en una relación romántica porque el Amor se transforma y cambia. Te transforma a ti y a la otra persona. Se vuelve más profundo y se convierte en algo que no sucede espontáneamente, sino que se crea día a día. Cuando el Amor se vuelve más profundo y la intimidad aumenta, es posible que no sientas la misma adoración y pasión hacia esa persona, pero aunque el enamoramiento haya desaparecido, tú eliges compartir tu Amor. Hay un Amor que reside en tu interior. Nadie te lo puede quitar porque tú lo creas. Eres tú quien lo cultiva. Con este Amor viajas por la vida con el corazón abierto permitiendo que el Amor fluya libremente y llegue a los demás. No es Amor romántico sino Amor verdadero. Es un Amor que ve al otro como es, no como tú deseas, imaginas o quieres que sea. Es un Amor que acepta y no juzga a los demás. Es un Amor que perdona las faltas del otro y las tuyas. No tenemos un nombre diferente para este tipo de Amor, usamos la misma palabra: Amor, pero se trata de algo diferente. Puedo decirle a alguien que me gusta, pero no es equiparable a decirle te amo. Podríamos llamarlo aprecio porque agrega una dimensión al Amor del que estoy hablando. Para apreciar algo, tengo que verlo, darme cuenta de que existe, conocerlo, y entonces puedo decir que lo aprecio. El aprecio está conectado con el agradecimiento. Si te aprecio tal como eres estaré agradecida de poder compartir mi Amor contigo. El Amor es universal; todos disponemos de Amor y podemos compartirlo con todo lo que existe. Cada idioma tiene diferentes expresiones para el Amor. Por ejemplo, en español tenemos la expresión "te quiero" que no suena igual en inglés. Pero no importa si digo "Ti Amo", "Je t'aime" o "T'estimo". Lo que importa es que lo diga de corazón. El Amor no es una palabra; es un estado de ser que demuestras a través de tus acciones. “El Amor es una fuerza más extraordinaria que cualquier otra. Es invisible: no se puede ver ni medir, pero es lo suficientemente poderoso como para transformarte en un momento”
Bárbara de Angelis
0 Comments
Todos queremos ser amados y apreciados por lo que somos. Deseamos establecer relaciones que aporten grandes dosis de Amor y felicidad a nuestras vidas. Pero a menudo nuestras relaciones se vuelven problemáticas y sufrimos. El Amor se convierte en un asunto complicado. ¿Cómo podemos aprender a amar mejor? Amando. Amando más y más. El Amor está en tu interior. El Amor más grande de todos es el Amor que te ofreces a ti. Cuanto más Amor propio cultivas, más Amor generas y puedes compartir con los demás. Cuando estás en una relación, compartes el Amor que ya posees. El Amor no es un intercambio: tú me das tu Amor y yo te doy el mío. Se convierte en algo superior cuando no pones límites ni condiciones a tu Amor, y amas libre y abundantemente. Si te amas, evitarás complicaciones en tus relaciones. Cuando surgen problemas en tus relaciones, puede parecerte difícil no tomarte las cosas personalmente. Pero la forma en la que otra persona actúa solo demuestra quién es, no la cantidad de Amor que tú te mereces. Es fácil interpretar lo que otros te hacen y el dolor que sientes como: “No merezco ser amado” o “Hay algo erróneo en mí”. Cuanto más te ames, más capaz será de evitar las relaciones en las que existen numerosos conflictos, luchas de poder, juicios, necesidad de controlar o drama. El Amor hace que surja a la luz lo mejor de ti. Cuando establezcas una relación de cualquier tipo, recuerda que uno de los propósitos de las relaciones es que estamos juntos para crecer. Hay relaciones que sacan lo mejor de ti. Debido a la relación con esa persona, te conviertes en la mejor versión de ti mismo. Esas son las conexiones que te conviene cultivar. No es que tengáis que compartir las mismas opiniones acerca de todas las cosas. Debes respetar al otro y darle suficiente espacio para crecer. Céntrate en lo que os une, y no en vuestras diferencias o lo que os separa. Amar a alguien no significa resolver su vida. Cuando amas verdaderamente a una persona, puedes sentir la tentación de ayudarla “demasiado”, tratando de solucionar sus problemas, salvándola, evitándole desafíos o sacrificándote por su bienestar. Cuando haces eso continuamente, puedes no estar realmente amando a ese ser, sino controlándolo. Ya que le quitas la oportunidad de cambiar, crecer, aprender a su manera, o tomar sus propias decisiones. El Amor tiene que ser libre para ser realmente Amor. No se puede manejar a través de estrategias. Debe fluir. Obsérvate para descubrir patrones de pensamiento o comportamiento que te pueden haber pasado desapercibidos. Por ejemplo, cuando tienes miedo al abandono y estás en una relación amorosa, este miedo puede desencadenarse de forma inesperada. Si tienes miedo de perder el Amor, es posible que cambies tu comportamiento para asegurarte de complacer a la otra persona y que la relación continúe. Pero en ese momento, sin darte cuenta, dejas de ser tú. Desapareces y entregas tu poder para asegurarte de que la otra persona permanezca en la relación, porque recibir su Amor es más importante que ser tú. Ya no eres libre; estás apegado a un Amor que no quieres perder. Amar es una opción que tomas a diario. No es un sentimiento pasajero. Es un estado del ser. Tú decides amar. Puedes amar a los demás a pesar de quienes son porque la decisión es tuya. Tú defines con quién compartes tu Amor. Puedes amar al Universo y todo lo que hay en él, incluidos sus océanos, árboles y animales, o solo a tus seres queridos. Tú eres quien lo determina. Cuanto más Amor compartas, más recibirás. Se multiplica. El Amor que das volverá a ti. El Amor está siempre en tu interior. "Realmente tenemos que entender a la persona a la que queremos amar. Si nuestro amor es sólo una voluntad de poseer, no es amor. Si solo pensamos en nosotros mismos,
si solo conocemos nuestras propias necesidades e ignoramos las necesidades de la otra persona, no podemos amar." Thich Nhat Hanh Para algunas personas, es más fácil dar que recibir. Durante nuestra educación y a través de la cultura en la que vivimos recibimos numerosos mensajes sobre lo importante que es amar y dar a los demás. Esa idea es aprendida, y queda grabada en tu mente. En tu vida dispondrás de muchas oportunidades para dar, para estar ahí cuando otros te necesiten, asegurarte de que los demás estén bien, ayudar a todos, no solo a aquellos a quienes amas. Y también obtienes algo de todo ello; te hace sentir bien. Es muy gratificante servir a los demás, dar, ofrecer lo que tienes. Quizás nadie te haya explicado que es igualmente importante saber recibir. No podemos centrarnos solamente en dar y olvidar el otro extremo. Nunca pongas condiciones al Amor que recibes. Acéptalo con el corazón abierto y agradécelo. Si te llega algo es porque te lo mereces. Prepárate para recibir sin sentir que tienes que entregar algo a cambio. ¡Es hora de recibir! No puedes recibir lo que no crees que puede ser tuyo. Sentir que no eres digno de recibir algo garantiza que no puedes tenerlo, y que incluso puedes rechazarlo. Alguien puede ofrecerte su Amor y cariño, pero no puedes aceptarlo o sentirlo porque no sientes que te lo mereces. El Amor es real cuando hay un flujo en el dar y recibir, cuando existe balance. Sabemos amar, es natural para nosotros, pero muchas veces ponemos límites al Amor que recibimos de los demás, impidiendo que este llegue a nosotros. Eres un regalo precioso. Tu singularidad te hace especial. Comparte quién eres con los demás, entrégate. Muéstrale al mundo quién eres. Expresa tus dones. No te escondas pensando que no eres lo suficientemente bueno para ser visto tal como eres. No eres un ser humano más. Solo hay uno como tú. Comparte tu Amor, sonrisa, abrazos, risas, conversación, ideas, compasión, y sentido del humor. Entrega todo lo que eres y observa lo que recibes. Tenemos que aprender a cuidar de nosotros mismos. Sin darnos cuenta, podemos ponernos en último lugar de la lista. Seguimos dando hasta que agotamos nuestras reservas. El Amor, cuidado, tiempo y atención que les das a los demás, entrégatelo también a ti. Hazlo porque te amas. Te mereces tu Amor. Necesitas la comprensión y el cariño que ofreces a otras personas. Dedica tiempo a saber lo que te hace falta y entrégatelo. He vivido relaciones en las que pensé que tenía que dar y dar aún más para mantener viva la relación. Me abandoné a mí para hacer feliz a los demás. Ahora sé que no funciona el entregarse de esa manera. Tiene que haber un equilibrio. Hay momentos para dar y es muy placentero hacerlo. Pero el Amor no es sacrificio. Necesitamos recargar nuestras baterías antes de que se terminen, o no podremos seguir dando. En el Amor, apoyamos a los demás, pero también necesitamos apoyarnos a nosotros mismos y ser apoyados. Vive y da Amor, y ábrete a recibirlo. “Él siempre había sabido que para recibir de verdad, tienes que dar.
Ahora entendía la equivalente verdad: que para poder dar con todo el corazón tenías que estar preparado para recibir a su vez” Elizabeth Rolls Todos queremos ser reconocidos, comprendidos y amados en nuestras relaciones cercanas. Es fundamental invertir energía en demostrarle a un ser querido que realmente sientes por él. El regalo más importante que puedes ofrecerle a quien amas es tu atención total, y un interés real por conocerlo y aceptarlo tal como es. No hay relación que esté garantizada. No necesitas averiguar quién es la persona a la que amas, o qué es importante en su mundo. ¡Pregúntaselo! Demuestra interés por sus sueños, lo que desea y por qué lo quiere, lo que le emociona y le preocupa, lo que le hace sentirse feliz o frustrado. Pregúntale a ese ser cualquier cosa que te ayude a comprenderlo a él y a su universo; cuál es la razón por la que se levanta de la cama cada mañana, y lo que aprecia. Escucha atentamente lo que te dice. Mantente totalmente presente. Escucha solamente, no reacciones ni trates de dar respuesta alguna. Solo recibe la información en tu interior. Una vez hayas recibido todo lo que la otra persona compartió contigo, te darás cuenta de que el mensaje incluía más que palabras. El lenguaje corporal, el tono de voz, lo relajada que la persona está, su sonrisa, las pausas o el silencio durante la conversación, te dirán tanto como las palabras que esta persona eligió para comunicarse contigo. La presencia crea una conexión real. Construir una relación y compartir requiere tiempo. A mucha gente le da miedo mostrar su verdadero yo. Sienten que si los demás los ven como son dejarán de amarlos. Usan una máscara y tratan de complacer aquellos con quien se relacionan para obtener el Amor que desean. No es fácil conocer a una persona que no desea abrirse, hablar de sentimientos o deseos reales, o que no está realmente conectada consigo misma. Cuando amas a alguien verdaderamente, ese Amor puede proporcionar un espacio seguro y alentar al ser amado a salir de su caparazón y a ser más auténtico. Cuando ames, hazlo incondicionalmente. Ama a esa persona tal como es, incluyendo sus defectos, sus historias, y su pasado. Dale al otro la oportunidad de expresar quién es. Tener una relación con alguien durante mucho tiempo no garantiza que conozcas a esa persona. Quizás ese individuo ha evolucionado y ha cambiado sin que te des cuenta, y ahora solo conoces la imagen que tienes de tu ser querido. A lo mejor crees que realmente sabes quién es esa persona porque os veis todos los días o habláis con regularidad. O tal vez nunca llegasteis a ese profundo lugar en el que se comparte lo más íntimo y personal. Crear intimidad es un arte, y ocurre cuando ofreces tu presencia, interés y tiempo al ser al que amas. Si quieres experimentar Amor verdadero, conecta desde tu corazón con la persona que has elegido para que esté en tu vida, y a quien consideras especial. Cuando disfrutes de un momento de vida junto a un ser querido muéstrate tal como eres, sé auténtico, aunque te sientas vulnerable, y déjate conocer. Comparte tu Amor. Utiliza cada momento que paséis juntos como una oportunidad para reencontraros, como si fuese la primera vez que os vierais, y demostraros vuestro Amor. Mira a los ojos de la persona a la que amas y expresa la siguiente intención: "Quiero saberlo todo sobre ti, para amarte aún más. Quiero ver la profundidad de tu esencia". "El primer deber del Amor es escuchar"
Paul Tillich Cuando establezcas relaciones, asegúrate de que sean auténticas, ya sea con tu pareja, un colega de trabajo, un familiar, un amigo, o un hijo. Para ello deberás ver a la otra persona tal como es, y aceptarla totalmente. No intentes cambiar al otro, controlarlo, ni le digas cómo debe actuar para ajustarse a tu ideal. Tener una relación significa apoyar a la otra persona, animarla, estar ahí para ella, pero también respetarla y entender sus decisiones, incluso cuando no te parecen bien. ¡Qué difícil es ver que alguien a quien amas profundamente está estancado, confundido, es infeliz, o no está tomando la mejor decisión (en tu opinión)! Puede resultar complicado respaldar a alguien hasta que encuentre una salida, una solución, o un nuevo o mejor camino en su vida. Con frecuencia damos consejos a los demás que no nos han pedido, y lo hacemos con nuestras mejores intenciones, pero estos quizás no ayudan a la otra persona a seguir adelante, o no hacen que se sienta mejor. Para relacionarte auténticamente con otras personas, debes saber quién eres. Ves el mundo a través de tus ojos y descodificas lo que te sucede influenciado por experiencias pasadas, tu sistema de creencias, tu infancia, educación, y el entorno en el que vives. Cuando observes a los demás trata de hacerlo desde una perspectiva neutra. Sin darte cuenta, puedes juzgar a otros, o proyectar en ellos lo que no has solucionado todavía en tu vida, aún no has superado o comprendido, o todo aquello de lo que no eres consciente, porque lo has suprimido o reprimido. Culpamos a los demás por hacernos sentir de cierta manera, cuando en realidad nos están brindando la oportunidad de resolver problemas subyacentes y patrones inconscientes, y de curar heridas del pasado que aún nos afectan en el presente. Creamos relaciones basadas en las ideas que tenemos sobre cómo debe ser la conexión con una persona. Pero tal vez no conocemos a la verdadera "persona", no porque ella no nos permita hacerlo, sino porque no vemos quién es esa persona realmente. A veces, idealizamos a alguien y, después del período de luna de miel, cuando nos damos cuenta de cómo es realmente esa persona, la rechazamos. La otra persona no ha cambiado, fue siempre igual. Lo que ha cambiado es nuestra opinión solamente. En ese momento nos damos cuenta de que nos estábamos relacionando con esa persona a través del filtro de nuestras propias ideas sobre cómo debería ser y funcionar la relación, no auténticamente. Si deseas conocer a alguien de verdad, pasa tiempo en compañía de esa persona para construir la relación. Escucha lo que dice y observa la forma en la que actúa. Su comportamiento puede hablar más alto que sus palabras. Cuando estés con esa persona, hazlo al cien por cien, y préstale toda tu atención. De este modo percibirás mucho más que simples palabras en una conversación. Cuando escuches, no escuches para responder, solo escucha atentamente y de forma activa. Haz un esfuerzo por responder tal como deseas, y evita reaccionar a lo que el otro dice. Elige tus palabras cuidadosamente, y piensa si lo que vas a decir simplemente llena el silencio, o si es realmente significativo, positivo, y necesario. Aprendemos mucho en nuestras relaciones. Nos convertimos en mejores personas a través de las relaciones que establecemos con los demás. Cambiamos las vidas de aquellos a quien amamos. Somos transformados por el Amor que damos y recibimos. Una relación debe sacar lo mejor del otro (¡con suerte!). Y si este no es el caso, podría estar enseñándote algo. Si la relación que mantienes con alguien no funciona, no culpes únicamente a la otra persona, obsérvate a ti también, y averigua qué puedes hacer para mejorarla, incluso si es solamente ser más amoroso. Date cuenta de lo que aportas a cada una de tus relaciones, e intenta dar lo mejor de ti en cada encuentro y conversación. No pidas Amor, compártelo, entrégalo libremente y se te devolverá multiplicado. "Permite que haya espacios en vuestra unión y deja que los vientos del cielo bailen entre vosotros. Amaos el uno al otro, pero no construyáis un vínculo de amor: que sea más bien un mar en movimiento entre las orillas de vuestras almas"
Khalil Gibran |
Autora
Judith Costa es Coach de Amor Incondicional, creadora de cursos, escritora y conferenciante. Posee un Máster en Psicología y Psicoterapia y un MBA. Es consultora certificada y profesora de Registros Akáshicos, terapeuta de vidas pasadas y entrenadora de felicidad certificada. Ayuda a sus clientes a amarse a si mismos, a manifestar la relación que desean, y la vida que merecen. Archivos
August 2023
Categorias
All
|