El sentido de pertenencia es una de las necesidades más básicas del ser humano. Pertenecer a una tribu era esencial para nuestros antepasados porque sobrevivir solo era sumamente difícil. Estamos biológicamente programados para buscar la pertenencia. Pero ¿qué significa pertenecer? El Cambridge English Dictionary lo define como "un sentimiento de ser feliz o estar cómodo como parte de un grupo en particular y tener una buena relación con los demás miembros del grupo porque te dan la bienvenida y te aceptan". Todos queremos ser amados y aceptados y utilizamos ciertos mecanismos para lograrlo. Algunos decidimos desde muy pequeños que complacer a los demás es una buena estrategia para ser amados. Anteponemos las necesidades de los demás a las nuestras porque pensamos que nos amarán más si lo hacemos. Confundimos el Amor con el sacrificio. Quizás llevamos tanto tiempo sacrificándonos que nos parece un comportamiento normal. Amamos intensamente a los demás e invertimos todo lo que tenemos, incluidos a nosotros mismos, para demostrarles nuestro Amor. Las consecuencias de tratar de complacer a los demás constantemente son numerosas y dolorosas. Una vez nos hemos acostumbrado a preocuparnos más por los demás que por nosotros, nos abandonamos. A largo plazo, esto puede llevarnos a creer que los demás abusan de nosotros y provocar resentimiento al darnos cuenta de que nuestras necesidades nunca son satisfechas, pero si las de los demás. Pero si esta es la dinámica que hemos establecido en una relación, es posible que no sepamos cómo cambiarla. Cuando creemos que si dejamos de agradar a los demás no nos amarán ni nos aceptarán, será difícil que deseemos cambiar nuestra forma de ser. Ponemos las necesidades de los demás en primer lugar en muchas relaciones y ocasiones diferentes. Otras personas, quizás inconscientemente, deciden no brillar con luz propia ni destacar para poder pertenecer a un determinado grupo o establecer una relación. Pertenecer y estar ahí es todo lo que quieren. No se arriesgarán a perder su lugar demostrando su auténtica valía. No poseen suficiente Amor hacia sí mismos y creen que necesitan ser amados por otros para recibir el Amor que tanto anhelan. El problema es que intuitivamente saben y sienten que tienen más que ofrecer a los demás y que no están siendo auténticos. Pero se acostumbraron a mostrarse inferiores a los demás porque eso les provee de Amor y seguridad. Pero esto no les beneficia a ellos, ni a aquellos a quienes aman, porque ellos nunca descubrirán ese ser único que existe si la persona decide no mostrarse tal como es. El perfeccionismo es otra de las formas en la que tratamos de pertenecer y recibir Amor. Podemos creer que si somos perfectos, si no hay nada que nos puedan reprochar en nuestro currículum de vida, mereceremos ser amados y aceptados. Ser perfecto no es posible, pero nos esforzamos cada día para conseguirlo. Lo hacemos controlando las circunstancias, y lo que otros sienten por nosotros. Para ser perfectos tenemos que estar seguros de que no vamos a fallar por eso evitamos ponernos en situaciones en las que podamos quedar mal. Dejamos de probar cosas nuevas y descartamos todo lo que consideramos arriesgado, porque la perfección que buscamos es lo más importante para nosotros. El tratar de ser perfecto requiere mucha atención y esfuerzo, y puede convertirse en nuestro propósito. Pero el único propósito significativo en la vida es convertirse en uno mismo, auténticamente, no tener una fachada perfecta donde escondernos. Sentirás que realmente perteneces cuando sepas que es tu derecho de nacimiento y no algo que necesitas ganarte. Tu corazón conocerá ese momento. Distinguirás perfectamente entre ambas formas de pertenecer, la que tienes que adquirir día a día, esforzándote, demostrando tu valor, y poniendo a los demás primero, y la pertenencia real. La pertenencia aparecerá como una sensación tranquila de merecer ser miembro solamente por ser quién eres, no por tus méritos o esfuerzos. Te invadirá una gran tranquilidad porque realmente pertenecerás al grupo de personas más extraordinario, aquellos que saben de qué es el Amor y que la fuente del Amor son ellos mismos. “Puede que actuemos de manera sofisticada y mundana, pero creo que nos sentimos más seguros cuando nos adentramos en nosotros mismos y encontramos nuestro hogar, un
lugar al que pertenecemos y quizás el único lugar al que realmente pertenecemos” Maya Angelou
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Autora
Judith Costa es Coach de Amor Incondicional, creadora de cursos, escritora y conferenciante. Posee un Máster en Psicología y Psicoterapia y un MBA. Es consultora certificada y profesora de Registros Akáshicos, terapeuta de vidas pasadas y entrenadora de felicidad certificada. Ayuda a sus clientes a amarse a si mismos, a manifestar la relación que desean, y la vida que merecen. Archivos
November 2023
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