Los seres humanos nacen con el deseo de compartir Amor con los demás. El Amor es una energía que no se puede controlar; debe fluir. Es necesario que demos y recibamos Amor para que ese flujo sea real. Dar Amor nos hace sentir bien. Tu corazón conecta con todo lo que amas genuinamente, se abre y transmite esa energía amorosa, pero ¿qué sucede cuando los demás nos ofrecen su Amor? Parece que tenemos más dificultad para recibir Amor que para darlo. Hay momentos en la vida de una persona en los que desea intensamente sentir Amor, pero no puede conectar con él. Cuando no hay flujo de Amor, no hay energía, el corazón se cierra. En esas circunstancias dejas de dar o de recibir Amor, o ambas cosas. Puede que te hayas sentido decepcionado, rechazado, traicionado, abandonado y, como mecanismo de protección, hayas guardado tu corazón en un castillo de gruesos muros para protegerlo de otros seres, pues crees que pueden volver a hacerte daño. Salvaguardas tu corazón porque has sido herido. Quizás creías que esta era la mejor solución para evitar el sufrimiento, pero lo que en realidad sucedió es que metiste tu corazón en la prisión del castillo y tiraste la llave. Ahora tu corazón está protegido, pero no puede expresar su preciosa energía de Amor. Al cabo de cierto tiempo, es posible que decidas derribar los muros del castillo y liberes a tu corazón para que pueda expresar de nuevo todo el Amor que contiene. Pero hay personas que sufrieron una herida tan profunda que han dejado de confiar en el Amor, quizás para siempre. El Amor nunca te traicionará ni te abandonará. Un ser humano quizás lo haga, pero el Amor siempre estará contigo. Es la energía que está en tu interior; es tu verdadera esencia. Tienes mucho Amor que repartir y es posible que no te hayas dado ni cuenta. Eres una fuente de Amor. Cuando aprendes a amarte realmente entiendes esto, dejas de buscar el Amor fuera de ti y de pedírselo a los demás. Si tienes mucho Amor, puedes compartirlo. No solo das, sino que también reconoces y aprecias el Amor que recibes. El Amor se presenta ante ti como apoyo, cumplidos, sonrisas, besos, abrazos, regalos, recursos, actos de servicio, palabras de aliento y empoderamiento, amabilidad, un ramo de flores, una comida casera… y de muchas otras formas. En numerosas ocasiones, damos por sentado el Amor. A veces, no valoramos el Amor que recibimos hasta que lo perdemos. Presta atención al Amor que aparece en tu vida todos los días. Es para ti, es valioso y merece ser reconocido. Cuanto más Amor propio sientas, más Amor podrás compartir con los demás sin pedir nada a cambio. Hemos sido educados en un sistema enfocado en dar Amor y anteponer las necesidades de los demás a las nuestras. Cuando nacemos sabemos perfectamente como ofrecer Amor incondicional, pero durante la infancia empezamos a creer que tenemos que dar Amor para recibirlo. Aprendemos lo que es el Amor condicional desde muy pequeños, pero el Amor verdadero no pone condiciones. Puedes dar el Amor que tú posees a cualquier persona o ser que quieras, sólo porque tú lo decides, sin importar quién sea el otro, o si merece o no ser amado. Hoy, mira a tu alrededor y aprecia todo el Amor que recibas. No solo te llegará a través de otros seres humanos. Date cuenta del Amor que te brinda tu mascota, las plantas de tu hogar y jardín que te ofrecen aire, flores y frutos, o el sol que sale para permitirte disfrutar de un nuevo día, dándote luz y vida. Aprecia el Universo que te rodea. Experimenta todo el Amor que existe ante tus ojos, sé consciente de él. Recíbelo y agradécelo. Si no ves Amor a tu alrededor, créalo tú. Comparte el Amor que eres y tienes con todo lo que existe en la Tierra. Este planeta será un lugar diferente y más amoroso si lo haces. Esta es la mejor contribución que puedes ofrecer a la humanidad y al Universo. Como embajadora del Amor, estoy aquí para recordarte que eres amado tal como eres. ¿Puedes recibir estas amorosas palabras? "No permitir que personas y acontecimientos ajenos a nosotros nos feliciten, celebren, aprecien, alimenten o amen es una defensa diseñada para protegernos del dolor psíquico. Las barreras contra el Amor se levantan en nuestro inconsciente cuando actúa en nombre de nuestra propia supervivencia"
Harville Hendrix
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Es maravilloso sentir Amor hacia tu pareja, familia, mascota, hijos o amigos. En tu corazón sientes la increíble energía del Amor que crea inmensa alegría en tu vida. El Amor te es devuelto y te sientes reconocido y conectado con las personas a quien amas. Dar y recibir Amor es el secreto de una vida feliz. Pero ¿puedes amar intencionalmente a todos los seres y a todo aquello con lo que te encuentres hoy? Puede que sea un desafío, pero es posible. Tendemos a reservar nuestro Amor para las personas con quien nos sentimos conectados; pero puedes extender ese Amor a todos los que te rodean. La forma de demostrar Amor es ser más generoso con tus saludos, sonrisas, besos, abrazos, cumplidos y buenos deseos, apreciar a otros y sentirte agradecido, reconocer la presencia de los demás, escuchar profundamente lo que otros tienen que decir, compartir mensajes de Amor o llamar a alguien para decirle que es importante para ti. Cualquier acto de Amor y amabilidad puede significar mucho para otra persona, incluso si es sostener la puerta o ayudar a alguien con las bolsas del supermercado. Piensa qué puedes hacer para repartir más Amor alrededor tuyo y se te ocurrirán buenas ideas. Puedes realizar un pequeño o un gran acto de Amor; esa no es la cuestión. Lo importante es que te concentres en ser amoroso. Tu energía de Amor hará el resto. El Amor es energía y puede viajar. Puedes enviarlo a diferentes lugares usando únicamente tu intención. Puedes mandar Amor a alguien sin enviar un mensaje de texto o pronunciar palabra alguna. El Amor llegará al lugar al que sea enviado. ¿Dónde quieres enviar tu Amor hoy? Puedes simplemente cerrar los ojos y conectar con el Amor. Proyecta Amor; puedes hacerlo pensando en una experiencia pasada en la que sentiste Amor. Concéntrate en esto hasta que sientas que el Amor aparece en tu corazón. Una vez sientas Amor en tu interior, haz que sea cada vez más intenso y concéntrate en enviarlo. Visualiza cómo sale de ti y está a tu alrededor. Después, intencionalmente, haz que ocupe toda tu habitación, el edificio, la ciudad, todo el estado o provincia, y el país entero. Tu Amor sigue expandiéndose hasta cubrir todos los territorios y países del planeta Tierra. Es tu Amor; tú lo creaste y tú decides a dónde quieres enviarlo. Mira el mundo con asombro y reverencia. Date cuenta de lo que sucede a tu alrededor. Comienza a desarrollar un sentido de aprecio por todo lo que encuentres. La apreciación te acercará al Amor. Es el primer paso. El Amor no es solo este sentimiento romántico que ves en las películas; es algo que puedes decidir experimentar, crear dentro de ti y compartir con el mundo entero. Abstente de juzgar lo que está pasando y concéntrate en el Amor que te rodea. Elige conscientemente vivir el Amor. Elige pensamientos amorosos expresados a través de palabras y actos amorosos. Decide vivir esta experiencia. Hoy, mira a tu alrededor y encuentra oportunidades para Amar con toda tu intención. "Con demasiada frecuencia subestimamos el poder de una caricia, una sonrisa, una palabra amable, un oído atento, un cumplido honesto o el acto más pequeño de cariño, todos ellos tienen el potencial de cambiar una vida”
Leo Buscaglia Eres parte del mundo natural. Aunque puede parecerte que eres una entidad diferente, estás hecho de los mismos elementos. La naturaleza y tú compartís el planeta Tierra, el aire que respiras y el agua que bebes. El calcio de tus huesos, el hierro de tu sangre, el nitrógeno de tu ADN y muchas otras cosas, están presentes en ti y en el Cosmos. Estás hecho de la misma materia que el Universo. Vivimos separados del mundo natural como si fuese algo ajeno a nosotros. Disfrutamos de jardines y plantas en nuestras casas y calles. Vamos a la playa, a la montaña, o a un parque natural, pero es como si visitáramos a alguien y luego nos despidiéramos y volviésemos a nuestra vida normal. Es posible que tengamos un hermoso árbol frente a nuestra casa y ni siquiera nos demos cuenta si tiene más o menos hojas o está floreciendo, o si una planta en nuestra casa necesita agua. Nuestros antepasados vivían más conectados con el mundo natural que nosotros y sabían que dependemos de los recursos naturales para sobrevivir. Damos por sentado que al abrir el grifo obtendremos agua potable y que la comida no nos faltará porque siempre podemos ir al supermercado. Pero no es necesario ser agricultor para comprender que todo lo que necesitamos para sobrevivir proviene de la Madre Tierra, que comparte su abundancia con nosotros. Parece que en esta era moderna hemos olvidado que si no cuidamos a la Madre Tierra no podremos sobrevivir. ¿No deberíamos amar a la madre que nos alimenta? Amar algo significa apreciarlo, respetarlo, conectar con ello. El mundo natural no está para ser observado sino para que seamos parte de él. Debemos cultivar una actitud de agradecimiento hacia el mundo en el que vivimos. ¿Alguna vez le has dado las gracias al sol por iluminar tu existencia? ¿Has apreciado el agua que bebes cuando entra en tu cuerpo y se vuelve parte de ti? ¿Has agradecido la brisa fresca en tu cara en un día caluroso? Al tomar conciencia del mundo en el que vives y estar presente en él, comprenderás que eres parte de un sistema más grande que tú y que estás conectado a él. El mundo natural no está fuera de ti, sino en ti; es parte de lo que eres. Cuando olvidas esto, es más fácil que permitas que se destruya el planeta en el que vivimos. A través de nuestras decisiones diarias colaboramos en que esto suceda, permitiendo que el agua, el aire y el suelo sean contaminados y que el planeta se degrade. Si quieres ser uno con todo lo que existe, observa el cielo lleno de estrellas por la noche, o la inmensidad del mar hasta el horizonte. En ese instante podrás sentir tu pertenencia al Universo. Todos somos piezas de un ecosistema perfecto. Debemos vivir en sintonía con el mundo natural y respetar y honrar el planeta Tierra, nuestro hogar. Eres un ser más, un habitante de este planeta, al igual que una flor, una montaña o una jirafa. Sentir que perteneces al mundo natural te permitirá cultivar una conexión más profunda con quién eres y todo lo que existe y desarrollar un sentido de apreciación hacia ello. Hoy, mira a tu alrededor con agradecimiento y ama todo lo que veas. "Existe una profunda interconexión entre todos los seres vivos en la Tierra, desde los organismos más pequeños hastalos ecosistemas más
grandes, y absolutamenteentre cada persona” Bryant McGill ¿Eres consciente de lo que dices y cómo lo dices? Tal vez cuando te preparas para una presentación o quieres impresionar a alguien que te importa, eliges tus palabras con cuidado y decides mostrar tu cara más amable. Pero admítelo, la mayoría de las veces, no prestas mucha atención a la energía que infundes a tus palabras, el tono de tu voz, o cómo afectará a los demás la expresión de tu ira, o los gritos a tus hijos o pareja. Es muy común el no darnos cuenta de lo que expresamos a través de nuestras palabras. Hablar con Amor significa tomar conciencia de lo que dices y elegir a propósito palabras que creen esperanza, confianza, alegría y Amor. Mañana, dile algo agradable a alguien, pero no por obligación, para quedar bien o animar a la otra persona, o con la intención motivar a un empleado. Dilo porque lo sientes. Porque estas palabras que estás pronunciando provienen de tu corazón y son parte de tu naturaleza. Recuerda que es gratis agregar un poco más de Amor a tus palabras. Escucha de verdad, y ofrece tu presencia a aquella persona con quien estás. Sé todo oídos. Escucha con compasión. Puedes terminar con el sufrimiento de alguien simplemente escuchándolo profundamente. No necesitas resolver sus problemas; con solo estar plenamente presente, la persona que está contigo se sentirá reconfortada y más fuerte que antes. Ofrece calma y energía amorosa en cada conversación que tengas, y verás una reacción totalmente diferente de aquellos con quienes interactúas. Enfatiza lo bueno, lo positivo y lo edificante cuando hables con tus hijos, pareja, amigos o colegas de trabajo. Cada vez que abres la boca, tienes la oportunidad de transformar quién eres y el mundo que te rodea. ¡Imagina cuántas oportunidades tienes todos los días! Selecciona tus palabras con cuidado para asegurarte de no crear discordia, separación, ira, o división entre grupos o comunidades. Date cuenta cuando juzgas, criticas, o chismorreas solo porque siempre lo has hecho y todos a tu alrededor también lo hacen. Tal vez todos deberíamos hablar menos y escuchar más. Habla con atención. Todo tu cuerpo habla. Tu estado de relajación, tu presencia, tu mirada y lo que expresan tus ojos, son parte de lo que dices y cómo escuchas. Tal vez creas que la gente solo recibe lo que dices, pero no es así. Mucha gente puede leer tu energía. Los niños, especialmente los más pequeños, lo hacen todo el tiempo. Saben si estás feliz o triste, estresado o tranquilo. Puede que no entiendan las palabras, pero saben lo que existe en tu corazón. Se han escrito muchos libros sobre el lenguaje corporal. Puedes mentir, pero no puedes evitar que tu cuerpo diga la verdad sobre tu ser. Tienes que encarnar lo que dices, o no funcionará. No puedes decir: "Cariño, te amo" si tus palabras están vacías y estás fingiendo. Tienes que sentir el Amor; necesitas tenerlo dentro de ti para darlo de verdad. Convirtámonos en Amor y compartámoslo con el mundo entero. ¿Practicamos? Empiezo yo: Te mando mucho Amor. ¡Te lo mereces! "Se Impecable con tus palabras. Habla con integridad. Di sólo lo que quieres decir. Evita usar la palabra para hablar mal de ti o para chismear sobre los demás. Usa el poder de
tu palabra en la dirección de la verdad y el Amor" Don Miguel Ruiz El Amor no es un sentimiento pasajero que alguien puede robarte o que simplemente desaparece. El Amor es una energía que se apodera de ti. Si te has enamorado alguna vez en tu vida, seguro que recuerdas la increíble sensación que sentiste. Ni siquiera necesitabas estar en la presencia de esa persona para sentir Amor. Recordar un momento que disfrutasteis juntos te devolverá esa increíble sensación de Amor que sentías en tu interior. Pero ¿qué sucede con el Amor cuando pasa el tiempo y el efecto de la luna de miel disminuye? ¿Se puede estar enamorado toda la vida? Parece complicado estar siempre enamorado en una relación romántica porque el Amor se transforma y cambia. Te transforma a ti y a la otra persona. Se vuelve más profundo y se convierte en algo que no sucede espontáneamente, sino que se crea día a día. Cuando el Amor se vuelve más profundo y la intimidad aumenta, es posible que no sientas la misma adoración y pasión hacia esa persona, pero aunque el enamoramiento haya desaparecido, tú eliges compartir tu Amor. Hay un Amor que reside en tu interior. Nadie te lo puede quitar porque tú lo creas. Eres tú quien lo cultiva. Con este Amor viajas por la vida con el corazón abierto permitiendo que el Amor fluya libremente y llegue a los demás. No es Amor romántico sino Amor verdadero. Es un Amor que ve al otro como es, no como tú deseas, imaginas o quieres que sea. Es un Amor que acepta y no juzga a los demás. Es un Amor que perdona las faltas del otro y las tuyas. No tenemos un nombre diferente para este tipo de Amor, usamos la misma palabra: Amor, pero se trata de algo diferente. Puedo decirle a alguien que me gusta, pero no es equiparable a decirle te amo. Podríamos llamarlo aprecio porque agrega una dimensión al Amor del que estoy hablando. Para apreciar algo, tengo que verlo, darme cuenta de que existe, conocerlo, y entonces puedo decir que lo aprecio. El aprecio está conectado con el agradecimiento. Si te aprecio tal como eres estaré agradecida de poder compartir mi Amor contigo. El Amor es universal; todos disponemos de Amor y podemos compartirlo con todo lo que existe. Cada idioma tiene diferentes expresiones para el Amor. Por ejemplo, en español tenemos la expresión "te quiero" que no suena igual en inglés. Pero no importa si digo "Ti Amo", "Je t'aime" o "T'estimo". Lo que importa es que lo diga de corazón. El Amor no es una palabra; es un estado de ser que demuestras a través de tus acciones. “El Amor es una fuerza más extraordinaria que cualquier otra. Es invisible: no se puede ver ni medir, pero es lo suficientemente poderoso como para transformarte en un momento”
Bárbara de Angelis ¿Has experimentado alguna vez la sensación de conocer a alguien profundamente pero en realidad acabáis de encontraros? Ese sentimiento de familiaridad con otro ser puede indicar una conexión de vuestras almas. Quizás has conectado con los ojos de un desconocido en una fiesta y te has sentido totalmente conectado a ese ser. No os conocéis, pero parece que vuestros corazones si se han reconocido. Pero ¿qué significa una conexión a nivel del alma? Tienes más de una familia. Perteneces a un grupo de almas con las que viajas a lo largo de tus vidas: son tu familia del alma. Te encontrarás con algunos de estos seres durante esta encarnación. Esas personas pueden ayudarte de muchas maneras diferentes. Algunos seres se quedarán contigo durante mucho tiempo en este viaje, y otros simplemente se cruzarán contigo brevemente. No importa cuán largo sea el encuentro; será importante. Las almas gemelas entran en esta categoría de conexiones del alma, pero no es el único tipo de conexión que existe. Estás conectado a nivel del alma con personas con las que no establecerás una relación romántica, o tal vez ni siquiera una relación, porque vuestro encuentro será breve. Pero te aseguro que vuestra unión tendrá un propósito en tu vida. Las conexiones del alma pueden incluir a aquellos seres a los que llamas amigos, amantes, buenos colegas, socios y también miembros de tu familia en la tierra. Las almas, encarnadas o no, se apoyan unas a otras y establecen acuerdos para ayudarse mutuamente a superar los desafíos y crecer. Una persona con la que sientes afinidad y que conoces desde hace algún tiempo puede desempeñar un papel importante en tu vida y transformarla, pero alguien a quien acabas de conocer puede hacer lo mismo por ti. Todo depende de vuestra conexión de Amor y también de acuerdos previos. Por lo general, las almas acuerdan ayudarse con un propósito definido cuando ambos están encarnados, pero también pueden hacerlo desde el otro lado. Por ejemplo este ser puede tener talentos que tú necesitarás en esta encarnación, o puede apoyarte de una manera que no puedes hacer por ti mismo. Apoyar a otro ser puede no significar lo que tú imaginas. Supongamos que yo he decidido aprender a amarme en esta encarnación. En ese caso, podría establecer una relación con alguien que se ame realmente y despierte este estado de ser en mí. Pero también puedo conectar con alguien que se ama pero no me invita a hacerlo, y yo debido a esa experiencia y relación aprenderé a hacerlo por mi cuenta. Ambos caminos son posibles. Una vez encarnadas en la Tierra, las almas aspiran al Amor incondicional, pero no lo viven en todo momento. Estamos aquí para aprender a amar. Estas almas pueden aparecer en tu vida cuando las necesites sin ser llamadas porque están unidas a ti. Algunas almas pueden permanecer en tu vida y apoyarte durante mucho tiempo, y otras se reunirán contigo brevemente, o se quedarán en tu vida mientras las necesites y después se marcharán hasta que os volváis a reunir en vuestro próximo encuentro. Tus conexiones a nivel del alma son vitales en tu camino de desarrollo y estarán allí para ayudarte con diferentes asuntos que hayas decidido resolver en esta vida, o para compartir el Amor durante el viaje de la vida. Distinguirás a esos seres por el Amor que compartís. No significa que la relación sea perfecta, pero sin duda transformará tu vida para siempre. “Tal vez no se trata del tiempo que conoces a alguien; tal vez se trata del reconocimiento instantáneo a nivel inconsciente. Nuestras almas se conocen”.
S.E. Sala Cada una de las experiencias que vives durante tu día es una oportunidad para elegir el Amor. Cómo actúas en cada momento importa. No te centres en las grandes ocasiones; date cuenta de los pequeños momentos de tu vida en los que reaccionas con ira o pierdes los estribos, cuando alguien dice o hace algo que desencadena una reacción instantánea en ti. Cuando te encuentres en uno de estos momentos, pregúntate: ¿por qué estoy reaccionando de esta manera ahora? La respuesta podría ser que estás tomando lo que la otra persona dice o hace como algo personal. Pero lo que la gente hace, sus actos o interacciones contigo, muestran quiénes son y lo que piensan, y no tienen nada que ver con quién eres tú. A lo largo de tu vida, es posible que hayas aprendido a tomarte las cosas personalmente, a interpretar las interacciones con los demás como "cosas que otros me hacen". Pero en realidad no te hacen nada a ti, se lo hacen a sí mismos. El otro día tuve un encuentro incómodo con la persona en el mostrador de seguridad de mi edificio. Me dijo algo en mal tono, fue desagradable. Era tarde y yo estaba cansada. La respuesta que le di fue en el mismo mal tono que ella había usado al dirigirse a mí. Ella desencadenó algo en mi interior. Pero lo que sucedió no es tan importante como la oportunidad que perdí de elegir el Amor, de responderle con calma y cortesía, de una manera amorosa. Olvidé que su comportamiento tenía que ver totalmente con ella, con su mal humor, o tal vez con su forma de ser. No tenía nada que ver conmigo. No te fijes en lo que hacen los demás; date cuenta de lo que sientes cuando otros hacen algo. Recuerda que nadie es capaz de hacerte pensar o sentir nada; solo tú puedes hacerlo. Observa lo que piensas y sientes en ese momento, y pregúntate: ¿Por qué estoy sintiendo esto ahora? Puede parecerte un desafío preguntártelo mientras estás en la experiencia, pero inténtalo de todos modos, o hazlo en otro momento. Date cuenta de lo que está sucediendo en tu interior. Cuando te observas y tomas conciencia de tus reacciones sin culpar a los demás, descubres cosas sumamente valiosas sobre ti, como patrones de pensamiento o comportamiento. Tal vez siempre han estado ahí, pero nunca los viste antes. Es posible que recuerdes situaciones similares que viviste en el pasado en las que reaccionaste de la misma manera, o te des cuenta de que la relación con cierto tipo de personas siempre ha sido un desafío para ti. Cuando me pregunté por qué reaccioné como lo hice con la persona de seguridad, noté que tenía algo que ver con mi opinión sobre las figuras de autoridad y el abuso de poder. También me di cuenta de que me sentí infravalorada al ser tratada de una manera que yo consideraba una falta de respeto. Todo esto no tiene que ver con ella sino conmigo y con cómo yo veo el mundo y a mí misma. Ella tocó múltiples teclas en mi interior. Pero ninguna de ellas es una razón para no elegir la paz, el Amor y la armonía. El Amor es un estado del ser, no algo que decides compartir con algunas personas y no con otras. Eres Amor, y puedes demostrarlo dondequiera que vayas, en el supermercado, en el trabajo, en la oficina de correos, en el gimnasio o con tu familia y amigos. Decide no tomarte las cosas personalmente; hazlo porque te amas. Permita que otros tomen sus propias decisiones. No es tu tarea juzgarlos. Si deseas que exista más Amor en el mundo, pon más Amor en tu vida y en la de los que te rodean. No pidas a los demás que sean amorosos. Ofrece tú el Amor que deseas. Exprésate, di lo que quieras decir, deja claro lo que consideras inaceptable, o establece límites. Pero hazlo sin responder a una agresión con otra agresión, la ira con más ira y falta de amabilidad con mayor falta de amabilidad. El mundo en el que vivimos puede ser transformado si decides transformarte a ti. Siempre estamos esperando a que las cosas cambien, pero tú eres el agente del cambio. En cada momento de tu vida puedes escoger; elige siempre el Amor. El tipo de Amor que incluye paz, amabilidad, armonía, equilibrio, conciencia, comprensión, paciencia y perdón. Elige el Amor en acción. "Las personas que más me inspiran son aquellas que están dispuestas a ver el mundo desde una perspectiva amorosa. Personas que perciben los obstáculos como oportunidades y los problemas como tareas espirituales. Las personas que eligen el Amor"
Gabrielle Bernstein Todos queremos ser amados y apreciados por lo que somos. Deseamos establecer relaciones que aporten grandes dosis de Amor y felicidad a nuestras vidas. Pero a menudo nuestras relaciones se vuelven problemáticas y sufrimos. El Amor se convierte en un asunto complicado. ¿Cómo podemos aprender a amar mejor? Amando. Amando más y más. El Amor está en tu interior. El Amor más grande de todos es el Amor que te ofreces a ti. Cuanto más Amor propio cultivas, más Amor generas y puedes compartir con los demás. Cuando estás en una relación, compartes el Amor que ya posees. El Amor no es un intercambio: tú me das tu Amor y yo te doy el mío. Se convierte en algo superior cuando no pones límites ni condiciones a tu Amor, y amas libre y abundantemente. Si te amas, evitarás complicaciones en tus relaciones. Cuando surgen problemas en tus relaciones, puede parecerte difícil no tomarte las cosas personalmente. Pero la forma en la que otra persona actúa solo demuestra quién es, no la cantidad de Amor que tú te mereces. Es fácil interpretar lo que otros te hacen y el dolor que sientes como: “No merezco ser amado” o “Hay algo erróneo en mí”. Cuanto más te ames, más capaz será de evitar las relaciones en las que existen numerosos conflictos, luchas de poder, juicios, necesidad de controlar o drama. El Amor hace que surja a la luz lo mejor de ti. Cuando establezcas una relación de cualquier tipo, recuerda que uno de los propósitos de las relaciones es que estamos juntos para crecer. Hay relaciones que sacan lo mejor de ti. Debido a la relación con esa persona, te conviertes en la mejor versión de ti mismo. Esas son las conexiones que te conviene cultivar. No es que tengáis que compartir las mismas opiniones acerca de todas las cosas. Debes respetar al otro y darle suficiente espacio para crecer. Céntrate en lo que os une, y no en vuestras diferencias o lo que os separa. Amar a alguien no significa resolver su vida. Cuando amas verdaderamente a una persona, puedes sentir la tentación de ayudarla “demasiado”, tratando de solucionar sus problemas, salvándola, evitándole desafíos o sacrificándote por su bienestar. Cuando haces eso continuamente, puedes no estar realmente amando a ese ser, sino controlándolo. Ya que le quitas la oportunidad de cambiar, crecer, aprender a su manera, o tomar sus propias decisiones. El Amor tiene que ser libre para ser realmente Amor. No se puede manejar a través de estrategias. Debe fluir. Obsérvate para descubrir patrones de pensamiento o comportamiento que te pueden haber pasado desapercibidos. Por ejemplo, cuando tienes miedo al abandono y estás en una relación amorosa, este miedo puede desencadenarse de forma inesperada. Si tienes miedo de perder el Amor, es posible que cambies tu comportamiento para asegurarte de complacer a la otra persona y que la relación continúe. Pero en ese momento, sin darte cuenta, dejas de ser tú. Desapareces y entregas tu poder para asegurarte de que la otra persona permanezca en la relación, porque recibir su Amor es más importante que ser tú. Ya no eres libre; estás apegado a un Amor que no quieres perder. Amar es una opción que tomas a diario. No es un sentimiento pasajero. Es un estado del ser. Tú decides amar. Puedes amar a los demás a pesar de quienes son porque la decisión es tuya. Tú defines con quién compartes tu Amor. Puedes amar al Universo y todo lo que hay en él, incluidos sus océanos, árboles y animales, o solo a tus seres queridos. Tú eres quien lo determina. Cuanto más Amor compartas, más recibirás. Se multiplica. El Amor que das volverá a ti. El Amor está siempre en tu interior. "Realmente tenemos que entender a la persona a la que queremos amar. Si nuestro amor es sólo una voluntad de poseer, no es amor. Si solo pensamos en nosotros mismos,
si solo conocemos nuestras propias necesidades e ignoramos las necesidades de la otra persona, no podemos amar." Thich Nhat Hanh El Amor es la fuerza poderosa que nos conecta a los demás y a todo lo que existe. Es la razón de nuestra existencia y la energía que nos transforma. ¿Cómo podemos hacer que esté más presente en nuestras vidas? El Amor es una energía con la que puedes conectar. No es un sentimiento pasajero. Es una opción que tienes que elegir. Muestra tu Amor a través de tus acciones. Elige responder a tus experiencias de vida con Amor. Un Amor fuerte, verdadero, poderoso, que permanece presente, es compasivo y no se rinde. Puedes comenzar agregando más Amor a la relación contigo. Aprecia quién eres. Date más abrazos. Cuanto más conectado estés con el Amor, mejor podrás compartirlo con quienes te rodean en forma de buenas acciones, calma, sonrisas y otros actos de Amor. Cada pequeño gesto de Amor cuenta y se suma al total. No pierdas ninguna oportunidad de ser más amoroso y menos crítico contigo. Puedes conectar con el Amor y experimentarlo en tu interior con tanta frecuencia como quieras. Solo tienes que invertir un par de minutos y es muy gratificante. Puedes hacerlo pensando en un ser a quien ames profundamente, como tus hijos o tu mascota, concentrándote en cualquier persona que te permita sentir Amor instantáneamente. También puedes recordar un momento amoroso que compartiste con alguien. Siente el Amor, sumérgete en él. Quédate ahí disfrutando del momento. Concéntrate solamente en el Amor. Si hay algo que deseas cambiar, como una relación que no funciona, o el hecho de que la gente muere de hambre, no sientas frustración, decepción o te enfades por la situación. Por el contrario, añade más Amor estableciendo la intención de que se puede resolver, que podemos ponernos de acuerdo y tomar medidas para encontrar una solución. Envía tu Amor energéticamente, no ignores la situación. Confía en que el Amor puede afectarla y cambiarla. Tu Amor puede transformar el mundo. Así de poderoso es. La forma en la que vivas y lideres con Amor tocará a otros, creando un mundo más amoroso. Conecta con el Amor que existe. Hay Amor a tu alrededor. Si prestas atención, lo verás y lo sentirás. Una familia compartiendo una comida, el abrazo de un niño, un beso de una pareja, una gran sonrisa que alguien te ofrece en una tienda, el camarero que te atiende amablemente en un restaurante, un colega que te echa una mano, un amigo que te invita cenar... Mira a tu alrededor y verás un mundo diferente, uno donde el Amor está presente y vivo. Un planeta donde el Amor existe y sana las heridas que tenemos. Ser más amoroso cada día depende de ti. Nada tiene que cambiar para que lo hagas. Es tu elección. No esperes hasta que el Amor aparezca en tu vida; muestra tu Amor y más Amor llegará a ti. "Reparte amor dondequiera que vayas. No permitas que nadie se
acerque a ti sin irse más feliz" Madre Teresa Para algunas personas, es más fácil dar que recibir. Durante nuestra educación y a través de la cultura en la que vivimos recibimos numerosos mensajes sobre lo importante que es amar y dar a los demás. Esa idea es aprendida, y queda grabada en tu mente. En tu vida dispondrás de muchas oportunidades para dar, para estar ahí cuando otros te necesiten, asegurarte de que los demás estén bien, ayudar a todos, no solo a aquellos a quienes amas. Y también obtienes algo de todo ello; te hace sentir bien. Es muy gratificante servir a los demás, dar, ofrecer lo que tienes. Quizás nadie te haya explicado que es igualmente importante saber recibir. No podemos centrarnos solamente en dar y olvidar el otro extremo. Nunca pongas condiciones al Amor que recibes. Acéptalo con el corazón abierto y agradécelo. Si te llega algo es porque te lo mereces. Prepárate para recibir sin sentir que tienes que entregar algo a cambio. ¡Es hora de recibir! No puedes recibir lo que no crees que puede ser tuyo. Sentir que no eres digno de recibir algo garantiza que no puedes tenerlo, y que incluso puedes rechazarlo. Alguien puede ofrecerte su Amor y cariño, pero no puedes aceptarlo o sentirlo porque no sientes que te lo mereces. El Amor es real cuando hay un flujo en el dar y recibir, cuando existe balance. Sabemos amar, es natural para nosotros, pero muchas veces ponemos límites al Amor que recibimos de los demás, impidiendo que este llegue a nosotros. Eres un regalo precioso. Tu singularidad te hace especial. Comparte quién eres con los demás, entrégate. Muéstrale al mundo quién eres. Expresa tus dones. No te escondas pensando que no eres lo suficientemente bueno para ser visto tal como eres. No eres un ser humano más. Solo hay uno como tú. Comparte tu Amor, sonrisa, abrazos, risas, conversación, ideas, compasión, y sentido del humor. Entrega todo lo que eres y observa lo que recibes. Tenemos que aprender a cuidar de nosotros mismos. Sin darnos cuenta, podemos ponernos en último lugar de la lista. Seguimos dando hasta que agotamos nuestras reservas. El Amor, cuidado, tiempo y atención que les das a los demás, entrégatelo también a ti. Hazlo porque te amas. Te mereces tu Amor. Necesitas la comprensión y el cariño que ofreces a otras personas. Dedica tiempo a saber lo que te hace falta y entrégatelo. He vivido relaciones en las que pensé que tenía que dar y dar aún más para mantener viva la relación. Me abandoné a mí para hacer feliz a los demás. Ahora sé que no funciona el entregarse de esa manera. Tiene que haber un equilibrio. Hay momentos para dar y es muy placentero hacerlo. Pero el Amor no es sacrificio. Necesitamos recargar nuestras baterías antes de que se terminen, o no podremos seguir dando. En el Amor, apoyamos a los demás, pero también necesitamos apoyarnos a nosotros mismos y ser apoyados. Vive y da Amor, y ábrete a recibirlo. “Él siempre había sabido que para recibir de verdad, tienes que dar.
Ahora entendía la equivalente verdad: que para poder dar con todo el corazón tenías que estar preparado para recibir a su vez” Elizabeth Rolls |
Autora
Judith Costa es Coach de Amor Incondicional, creadora de cursos, escritora y conferenciante. Posee un Máster en Psicología y Psicoterapia y un MBA. Es consultora certificada y profesora de Registros Akáshicos, terapeuta de vidas pasadas y entrenadora de felicidad certificada. Ayuda a sus clientes a amarse a si mismos, a manifestar la relación que desean, y la vida que merecen. Archivos
November 2023
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