Todos hemos experimentado eventos traumáticos en nuestras vidas. No solamente podemos considerar traumáticos los eventos importantes, como una pérdida repentina, una enfermedad o una ruptura. A veces las dificultades llegan en pequeñas dosis que, por acumulación, nos hacen perder el balance. Y a partir de un determinado momento, nos sentimos abrumados e incapaces de conectar con la alegría. Presión constante en el trabajo, problemas en relaciones, estrés económico, dolor físico… ¿quién no está viviendo al menos una de estas situaciones o algo similar? Cuando nos parece que algo es demasiado doloroso para poder enfrentarnos a ello, lo que queremos es hacerlo desaparecer. Quizás les decimos a los demás que estamos bien, aunque en realidad nos sentimos hundidos, pero continuamos con nuestras vidas lo mejor que podemos, llevando ese dolor a cuestas. Evitamos enfrentarnos a lo que no queremos sentir porque creemos que el problema es demasiado grande. Huimos del miedo, la angustia o el dolor que sentimos intensamente. Pero se almacena en nuestras mentes y cuerpos, y va reapareciendo de vez en cuando. Existen estrategias para atravesar estos períodos en los que las cosas parecen ser superiores a nuestra capacidad de lidiar con ellas. Obsérvate y date cuenta de si estás utilizando algún mecanismo de escape o te estás distrayendo, para evitar enfrentarte a las situaciones que tienes frente a ti. ¿Está funcionando? Lo que te ayudará a resolver tus problemas a largo plazo, es conectar con tu cuerpo y el dolor que almacena, e investigar la historia que guardas en tu mente sobre lo que te está sucediendo. Acércate a ello, aunque sea poco a poco. Y luego permítete liberarlo. Tal vez hayas estado controlando el sufrimiento durante muchos años, tratando de asegurarte de que no vuelva a aparecer en la superficie de tu vida. Tal vez lo encerraste hace tiempo en una caja de seguridad y pensaste que nunca tendrías que volver a verlo. Pero lo que te está afectando, aunque sea un dolor muy antiguo, no desaparecerá porque lo ignores; todo lo contrario. Cuanto más lo evites, con más fuerza intentará llegar a ti. Ámate lo suficiente para ayudarte a sanar. Si quieres ayudarte a sanar, tranquilízate, sé amable y comprensivo contigo, y cuida de ti. Pero ¿qué sucede cuando nuestra vida no transcurre como queremos o nos enfrentamos a serios problemas? Nos decimos: es culpa mía. Eso añade dolor a lo que ya estamos experimentando. No nos gusta quienes somos o nuestra vida, porque nos culpamos por no saber resolver la situación en la que nos encontramos. Ahora tenemos dos problemas: la sensación de vergüenza, culpa o frustración, más el dolor que estamos experimentando en nuestro interior. Toma conciencia de lo que te está pasando. Hazlo, pero no te inflijas más dolor. Para resolver cualquier desafío en la vida, el primer paso es agregar más Amor a la situación. El Amor incluye la aceptación de lo que está pasando, tiempo para procesarlo y liberarlo, perdonar, cuidar de ti y también pedir ayuda si es necesario. No seas tan duro contigo. Sé tu propio amigo, no tu enemigo. No hay problema lo suficientemente grande que no pueda ser resuelto con más Amor hacia ti y tu vida. El Amor es una gran cura para situaciones de todo tipo. Ayúdate a superar los momentos difíciles. La sanación física o emocional es un proceso. Todos tenemos espinas clavadas en el corazón, heridas y decepciones. El Amor es una fuerza poderosa y tu aliado para enfrentarte al sufrimiento. Cualquier cosa que quieras cambiar en tu vida se puede transformar. Pero la solución para enfrentarte al dolor que tú estás buscando no está fuera, sino dentro de ti. Cuanto más confíes en tu bondad y poder innato y te conectes con ellos, más rápido podrás resolver aquello a lo que te estás enfrentando y seguir adelante. No puedes conseguir que los eventos que te sucedieron desaparezcan, pero puedes darte la oportunidad de usarlos para transformarte y volverte más fuerte y resiliente. Recuerda que, como el Ave Fénix, tienes dentro de ti el poder de la regeneración y los medios para sanar y crear un nuevo TÚ. “Sanar es tocar con Amor lo que antes era tocado por el miedo”
Stephen Levine
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Nosotros, como mortales, pensamos que todo se acaba cuando alguien fallece, pero no es así. Eres eterno y tu Amor también lo es. Lo que nos conecta con el resto del mundo es la energía que llamamos Amor. Y esa energía nunca desaparece, incluso cuando la otra persona no está presente en tu vida en carne y hueso. Nos estamos conectados solamente a través de lazos de sangre, entre familias, sino a través de los lazos de Amor, en las familias del alma y las conexiones a ese nivel, como las almas gemelas que se reencuentran vida tras vida. He leído numerosos libros sobre el viaje del alma, he sido formada por Brian Weiss en terapia de regresión a vidas pasadas, y he investigado mi propio viaje como alma. Puedo decirte que no importa dónde estés, aquí o en otra dimensión, el Amor te permite estar conectado a tus seres queridos. Mi corazón está triste. Mi suegro ha fallecido en India, y tenía casi 100 años. Está en un lugar donde no es necesario tener cuerpo. Ha regresado a la esencia del Amor. Allí se encontrará con seres amorosos. No en carne y hueso, como ser humano, sino energéticamente, como ser. No tenemos una comprensión total de lo que sucede cuando "morimos". Lo escribo entre comillas porque no existe la muerte. Es solo una transición a una dimensión diferente. Un viaje a un lugar mejor. Aquellos que permanecen en la Tierra, afligidos por la pérdida, sufren mucho. Hemos pasado un año lleno de pérdidas de vidas humanas. Todo parece derrumbarse a nuestro alrededor, pero yo digo NO. Te invito a abrazar la vida y a seguir amando, incluso cuando has perdido a un ser querido y estás sufriendo. Los que han dejado la Tierra te observan cariñosamente desde otras dimensiones esperando que sigas disfrutando del regalo de vivir. No hay separación entre un mundo y otro. No necesitas un médium para comunicarte con alguien que ha fallecido. Tú mismo puedes establecer la comunicación porque la línea que os conecta es el Amor que compartisteis. Sufre, llora, enfádate si quieres, siente el dolor, pero no te apegues a él. Los que te dejaron quieren lo mejor para ti. Un ser querido nunca te ha abandonado. Es una ilusión humana. Seguiréis estando juntos, pero no de la misma forma. Tus seres amados te cuidan incluso a distancia, desde el otro lado. Pídele a esa persona que has perdido una señal, dile que te visite en tus sueños, mantén una conversación con él o ella (en tu imaginación), o escríbele una carta de Amor si deseas comunicarle tus pensamientos más profundos. Puedes reunirte con ese ser a través del Amor. Siempre estaréis juntos en vuestro corazón porque el Amor es eterno. Si deseas realizar una sesión privada conmigo o puedo ayudarte de alguna otra forma, llámame al +1-646-204-4535 (WhatsApp), o envíame un correo electrónico a [email protected] “Cuando comprendemos la naturaleza ilusoria de la vida y el poder profundo del Amor
eterno, que nos permite crear milagros, y experimentar la presencia de nuestros seres queridos que han fallecido, nos encontramos viviendo con alegría, esperanza y paz" Susan Barbara Apollon |
Autora
Judith Costa es Coach de Amor Incondicional, creadora de cursos, escritora y conferenciante. Posee un Máster en Psicología y Psicoterapia y un MBA. Es consultora certificada y profesora de Registros Akáshicos, terapeuta de vidas pasadas y entrenadora de felicidad certificada. Ayuda a sus clientes a amarse a si mismos, a manifestar la relación que desean, y la vida que merecen. Archivos
November 2023
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