Cuando le preguntas a alguien, ¿cómo estás?, la persona te suele contestar, “estoy bien”, “bien, gracias”, “no me puedo quejar”, o algo parecido, pero no te dirá lo que siente realmente, o lo que está viviendo en ese momento, te dará una respuesta a medias, o una que no es real. Hay personas que piensan que nadie está interesado en sus problemas, desafíos, o en su salud física y emocional. No quieren molestar a los demás con sus cargas o dificultades, o quizás creen que nadie está dispuesto a escucharles con interés. Otros desean mantener en secreto lo que no está funcionando en su vida, y siempre tratan de mostrar una apariencia de felicidad, aunque no se sientan en absoluto felices. En la actualidad, parece que la gente comunica todas las buenas noticias en las redes sociales pero, ¿a quién le contamos lo no tan bueno? Creemos que tenemos que estar bien todo el tiempo. Pensamos que no podemos sentirnos tristes o desfallecer, que tenemos que resistir ante cualquier cosa que nos esté sucediendo: un divorcio, una transición, enfermedad, problemas legales o económicos, la pérdida de un ser querido... y no es así. La forma más rápida, y la que te permitirá sufrir menos en tu vida, estés viviendo lo que estés viviendo, no es esconder lo que te sucede, ni dejarlo a un lado o negar su existencia. Es enfrentarte a ello. Cuando lo hagas, sé amable y compasivo contigo y acepta la situación, sea cual sea. Date el tiempo necesario para procesar lo que esté sucediendo, no te saltes el proceso que tendrás que realizar para superar cualquier dificultad y sobreponerte. Sé tú mismo, no importa lo que esté sucediendo, sé honesto contigo. Analiza tus sentimientos y obsérvate. Intenta entender de donde vienen tus pensamientos, y revisa tu sistema de creencias para ver si todavía es válido. Considera tus patrones de comportamiento como aliados que te indican la dirección en la que puedes cambiar. Si, cambiar. Esa mágica palabra que nadie quiere oír. La vida es cambio. No eres la misma persona que eras ayer... incluso si deseas mantenerte estancado o inmóvil, no te será posible, la vida te empujará y te obligará a realizar cambios si tú no tomas la iniciativa. Tu cuerpo cambia, tus células se renuevan, y tú experimentas nuevas situaciones, circunstancias de vida diferentes, interactúas con los demás, viajas, lees, aprendes, y expandes tus horizontes. Tú estás vivo para crecer y cambiar. Puedes hacerlo de forma inteligente, con facilidad, con Amor hacia ti y tu vida, agradeciendo la oportunidad de estar vivo. O puedes continuar ignorando tus problemas, sintiéndote insatisfecho, sin propósito y llevando una máscara ante todos mientras te dices "estoy bien". ¿Qué contestarás la próxima vez que alguien te pregunte cómo estás? Tengo una sugerencia: ¿por qué no dedicas un minuto de tu tiempo a descubrir cómo va tu vida realmente? Si lo haces, respóndete de manera honesta, y acepta la situación sin juzgarla. En otro momento, quizás desees invertir más tiempo barajando ideas sobre lo que puedes hacer para mejorar tu vida y circunstancias. O puedes hacerte la victima un poco más, antes de decidir dejar ir todo aquello que te mantiene estancado, de liberarte, de seguir adelante. Siempre tienes la capacidad de decidir. Hoy escoge ser feliz, selecciona algo que puedas hacer para hacerte feliz, una sola cosa, pequeña o grande. Llévala a cabo, y observa el cambio. "Tu preparación para el mundo real no está en las respuestas que has aprendido,
sino en las preguntas que has aprendido a hacerte" Bill Watterson
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Autora
Judith Costa es Coach de Amor Incondicional, creadora de cursos, escritora y conferenciante. Posee un Máster en Psicología y Psicoterapia y un MBA. Es consultora certificada y profesora de Registros Akáshicos, terapeuta de vidas pasadas y entrenadora de felicidad certificada. Ayuda a sus clientes a amarse a si mismos, a manifestar la relación que desean, y la vida que merecen. Archivos
November 2023
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