Todos albergamos una imagen de nosotros mismos, una percepción de quiénes somos. A menudo, esta autoimagen no es real, ya que está influenciada por un enfoque excesivo en nuestros errores y fracasos, en lugar de en nuestro valor inherente como seres humanos. Cada persona carga, metafóricamente hablando, con una maleta llena de experiencias pasadas que han sido dolorosas. Creemos erróneamente que estas vivencias nos definen, pero no es así. Lo que sucede es que a veces nos identificamos profundamente con estos acontecimientos y sus repercusiones en nuestras vidas. Aprender a dejar atrás este bagaje del pasado es un compromiso profundo contigo, y la puerta de entrada a la libertad. Imagínate una versión de ti en el presente, libre del peso de tu pasado. Es esencial reconocer que la imagen que tienes de ti no está determinada únicamente por tus propias percepciones, sino que también está influenciada por lo que crees que los demás piensan sobre ti. Es posible que nunca hayas preguntado a otras personas cuál es su opinión, pero si tienes una visión negativa de ti, es posible que asumas que otros comparten esa perspectiva. En realidad, los demás suelen ser más compasivos y comprensivos con nosotros de lo que nosotros somos. Ven nuestros talentos y lo que aportamos al mundo con mayor claridad y nos aceptan y aman tal como somos. Este es un concepto que puede resultarnos difícil de creer. Disponemos de información privilegiada sobre nosotros, y esta visión que tenemos puede impedirnos aceptar que los demás nos ven como seres humanos con defectos y un gran número de cualidades. Para evitar sentirnos inadecuados, no decepcionar a los demás, o no perder su aprobación o Amor, tratamos de mantener una fachada de perfección. Cada día nos sometemos a un estrés importante para proyectar autoconfianza, incluso cuando no la sentimos. Si pudiéramos relajarnos y ser auténticos, nos daríamos cuenta de que tenemos grandes recursos que ni siquiera sabemos que poseemos. Cuando sentimos que no damos la talla, no estamos preparados, o tenemos miedo de no ser aceptados o queridos, sin darnos cuenta, creamos esa situación que tememos. Las personas con quienes interactuamos escuchan nuestras palabras, pero inconscientemente captan nuestra autopercepción y sienten la incongruencia entre lo que decimos y lo que realmente sentimos. Si intentas mostrar una versión de ti que no encarnas, el lenguaje de tu cuerpo te pondrá en evidencia. Puede que seas capaz de mantener las apariencias por un tiempo, pero el hacerlo te quitará tu energía y llegará un momento en el que revelarás, intencionalmente o no, que no te sientes del todo como dices. La buena noticia es que todo esto puede cambiar si te concentras en construir una relación más amorosa contigo. No necesitas cambiar quién eres para encontrar la paz interior; necesitas convertirte en la fuente de tu propio Amor y aprobación. La autoaceptación es la clave para desarrollar la confianza y la visión positiva sobre ti que deseas transmitir al mundo. Construye una imagen real de ti. Cultiva la apreciación de tus cualidades únicas y céntrate en todo lo que posees en vez intentar que no te juzguen, o tratar de impresionar a los demás. Cuando te presentas como alguien que se acepta y abraza de todo corazón quién es, te conviertes en alguien con confianza y auténtico. Tienes mucho que ofrecer y, cuando te des cuenta de ello, el mundo también lo verá. Concédete la oportunidad de desconectar de las experiencias y situaciones pasadas que crees que te han llevado donde estás ahora. Recuerda que tu pasado no te define; cualquier cosa que te haya sucedido o te esté pasando actualmente no disminuye tu importancia, o singularidad. A medida que nutras tus cualidades innatas y las compartas con el mundo, descubrirás que tu existencia tiene un propósito profundo. Si tienes dudas sobre tu valía, mírate desde una perspectiva diferente. Evita compararte con los demás y trata de encontrar las razones que te permitan conectar con tu valor intrínseco, porque es real. Mira en tu interior para descubrir tus cualidades únicas. Date cuenta de las áreas en las que puedes mejorar, sin pasar por alto el hecho de que tu propia existencia es un testimonio de tu grandeza. Deja de criticarte y juzgarte por tus imperfecciones y reemplázalas por Amor y aprecio hacia ti y tu vida. El Amor propio será la fuerza que te impulsará a realizar cualquier cambio necesario y te ayudará a conectar con tus recursos internos. Cambia tu perspectiva negativa por una que incluya comprensión y perdón. Lo que piensas sobre ti es inmensamente importante. Si no aceptas tu grandeza, ¿cómo puedes esperar que otros la reconozcan? No necesitas ninguna evidencia de cambio para empezar a verte de forma diferente; solo necesitas aceptarte como base para convertirte en la persona que deseas ser. Estás listo para esta transformación y lo único que te detiene eres tú. "La aceptación total e incondicional de uno mismo es el primer paso
para construir una autoimagen positiva" Nido R Qubein
0 Comments
Leave a Reply. |
Autora
Judith Costa es Coach de Amor Incondicional, creadora de cursos, escritora y conferenciante. Posee un Máster en Psicología y Psicoterapia y un MBA. Es consultora certificada y profesora de Registros Akáshicos, terapeuta de vidas pasadas y entrenadora de felicidad certificada. Ayuda a sus clientes a amarse a si mismos, a manifestar la relación que desean, y la vida que merecen. Archivos
November 2023
Categorias
All
|