Todos hemos experimentado eventos traumáticos en nuestras vidas. No solamente podemos considerar traumáticos los eventos importantes, como una pérdida repentina, una enfermedad o una ruptura. A veces las dificultades llegan en pequeñas dosis que, por acumulación, nos hacen perder el balance. Y a partir de un determinado momento, nos sentimos abrumados e incapaces de conectar con la alegría. Presión constante en el trabajo, problemas en relaciones, estrés económico, dolor físico… ¿quién no está viviendo al menos una de estas situaciones o algo similar? Cuando nos parece que algo es demasiado doloroso para poder enfrentarnos a ello, lo que queremos es hacerlo desaparecer. Quizás les decimos a los demás que estamos bien, aunque en realidad nos sentimos hundidos, pero continuamos con nuestras vidas lo mejor que podemos, llevando ese dolor a cuestas. Evitamos enfrentarnos a lo que no queremos sentir porque creemos que el problema es demasiado grande. Huimos del miedo, la angustia o el dolor que sentimos intensamente. Pero se almacena en nuestras mentes y cuerpos, y va reapareciendo de vez en cuando. Existen estrategias para atravesar estos períodos en los que las cosas parecen ser superiores a nuestra capacidad de lidiar con ellas. Obsérvate y date cuenta de si estás utilizando algún mecanismo de escape o te estás distrayendo, para evitar enfrentarte a las situaciones que tienes frente a ti. ¿Está funcionando? Lo que te ayudará a resolver tus problemas a largo plazo, es conectar con tu cuerpo y el dolor que almacena, e investigar la historia que guardas en tu mente sobre lo que te está sucediendo. Acércate a ello, aunque sea poco a poco. Y luego permítete liberarlo. Tal vez hayas estado controlando el sufrimiento durante muchos años, tratando de asegurarte de que no vuelva a aparecer en la superficie de tu vida. Tal vez lo encerraste hace tiempo en una caja de seguridad y pensaste que nunca tendrías que volver a verlo. Pero lo que te está afectando, aunque sea un dolor muy antiguo, no desaparecerá porque lo ignores; todo lo contrario. Cuanto más lo evites, con más fuerza intentará llegar a ti. Ámate lo suficiente para ayudarte a sanar. Si quieres ayudarte a sanar, tranquilízate, sé amable y comprensivo contigo, y cuida de ti. Pero ¿qué sucede cuando nuestra vida no transcurre como queremos o nos enfrentamos a serios problemas? Nos decimos: es culpa mía. Eso añade dolor a lo que ya estamos experimentando. No nos gusta quienes somos o nuestra vida, porque nos culpamos por no saber resolver la situación en la que nos encontramos. Ahora tenemos dos problemas: la sensación de vergüenza, culpa o frustración, más el dolor que estamos experimentando en nuestro interior. Toma conciencia de lo que te está pasando. Hazlo, pero no te inflijas más dolor. Para resolver cualquier desafío en la vida, el primer paso es agregar más Amor a la situación. El Amor incluye la aceptación de lo que está pasando, tiempo para procesarlo y liberarlo, perdonar, cuidar de ti y también pedir ayuda si es necesario. No seas tan duro contigo. Sé tu propio amigo, no tu enemigo. No hay problema lo suficientemente grande que no pueda ser resuelto con más Amor hacia ti y tu vida. El Amor es una gran cura para situaciones de todo tipo. Ayúdate a superar los momentos difíciles. La sanación física o emocional es un proceso. Todos tenemos espinas clavadas en el corazón, heridas y decepciones. El Amor es una fuerza poderosa y tu aliado para enfrentarte al sufrimiento. Cualquier cosa que quieras cambiar en tu vida se puede transformar. Pero la solución para enfrentarte al dolor que tú estás buscando no está fuera, sino dentro de ti. Cuanto más confíes en tu bondad y poder innato y te conectes con ellos, más rápido podrás resolver aquello a lo que te estás enfrentando y seguir adelante. No puedes conseguir que los eventos que te sucedieron desaparezcan, pero puedes darte la oportunidad de usarlos para transformarte y volverte más fuerte y resiliente. Recuerda que, como el Ave Fénix, tienes dentro de ti el poder de la regeneración y los medios para sanar y crear un nuevo TÚ. “Sanar es tocar con Amor lo que antes era tocado por el miedo”
Stephen Levine
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Un nuevo comienzo suena como algo emocionante, quizás mejor que la realidad que estás viviendo. Esperamos a que empiece el nuevo año, el mes, o inicio de la semana, para hacer cosas nuevas y comprometernos con nosotros mismos para cambiar algo. Es como si esas fechas del calendario tuvieran un poder extraordinario para llevarnos más lejos y ayudarnos a alcanzar nuestras metas mejor que cualquier otro momento. Pero el tiempo y su división en días, semanas, y meses, es solo un acuerdo creado entre los seres humanos. Percibes cómo pasa el tiempo y cuentas los días, pero cada nueva respiración es un nuevo comienzo. Cada segundo de tu vida es un momento de renovación, transformación y cambio. Te invito a vivir tu vida desde la perspectiva de que cada vez observas hay algo nuevo frente a ti. Una situación no tiene que cambiar para ser novedosa; tú eres el que crea el cambio al mirarla desde un nuevo ángulo. Observa a tu pareja o hijos con una nueva mirada. Date cuenta de las sonrisas que recibes, del Amor que existe. Acércate a un árbol en tu barrio. Percibe su belleza, observa sus nuevas hojas o de las que ha perdido. Disfruta de tu vista favorita y permítete percibir las pequeñas cosas que nunca habías visto antes. Desconozco cómo te va la vida y a que desafío te enfrentas. Puede parecerte difícil y abrumador lo que está pasándote ahora. Aún así, cuando aceptas la situación, te entregas a ella, y pides ayuda y orientación, esta se transforma en algo totalmente diferente. No puedes cambiar este momento, o el pasado, pero puedes transformar tu visión y opinión sobre él. Lo que sea que te esté pasando, física, mental, emocional y espiritualmente está aquí, no lo vamos a negar. Pero puedes quejarte, compadecerte de ti mismo, pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, o puedes creer que el futuro, tu próxima respiración, te traerá algo mucho mejor. Eres tú quien tiene el poder de transformar y crear una nueva realidad. Tienes todo lo que necesitas dentro de ti para hacerlo. Naciste completamente equipado para crear nuevos comienzos. Cuando ves la realidad tal como es, deja de asustarte. Porque es real lo que está sucediendo, pero a la vez confías en que puedes ser guiado hacia la solución correcta, a un lugar mejor, o puede llegar ayuda inesperadamente. Tus circunstancias pueden ser como nubes negras en el horizonte. La tormenta pasará. Puedes superar cualquier cosa a la que te enfrentes y hacer que vaya aún mejor que antes. Crea un nuevo comienzo en la relación contigo, envía Amor a tu cuerpo, sé más amable y menos crítico contigo mismo. Invierte en ti y en tu vida conectándote con tu poder, la voz de tu sabiduría interior, y haciendo algo para crear el nuevo comienzo que deseas en tu vida. Un pequeño paso es suficiente por hoy. Comienza por decidir qué es lo que quieres en tu vida. ¿Es más Amor, salud, amigos, riqueza, tiempo, una pareja? No es necesario que hagas planes sobre cómo lograr cualquiera de esas cosas. Tienes una tarea más importante: rendirte. Hazlo ahora. Acepta lo que está frente a ti, y deja de juzgar la realidad. Juega con la idea de que puedes tener un montón de nuevas relaciones, un ascenso, encontrar los recursos que necesitas, un nuevo hogar, o lo que estés tratando de conseguir. Solo hay un requisito importante: debes creer que lo que dices que quieres puede ser tuyo. Echa un vistazo por última vez a la vida que tienes, y comienza una nueva que crearás con lo que posees ahora mismo. Adéntrate en esa nueva vida que has decidido vivir. Nada ha cambiado, lo sé. Pero todo se verá transformado gracias a tu compromiso de vivir de otra manera. Comienza a creer en ti y en el poder del Universo para apoyarte. Tu deseo, tu intención, tu Amor hacia ti, y toda la energía de quién eres, será lo que te permitirá transformarlo todo. Tú tienes el poder. Esto es todo lo que necesitas: a Ti. “Nada en el universo puede impedirte dejar ir y empezar de nuevo”
Guy Finley ¿Eres consciente de lo que dices y cómo lo dices? Tal vez cuando te preparas para una presentación o quieres impresionar a alguien que te importa, eliges tus palabras con cuidado y decides mostrar tu cara más amable. Pero admítelo, la mayoría de las veces, no prestas mucha atención a la energía que infundes a tus palabras, el tono de tu voz, o cómo afectará a los demás la expresión de tu ira, o los gritos a tus hijos o pareja. Es muy común el no darnos cuenta de lo que expresamos a través de nuestras palabras. Hablar con Amor significa tomar conciencia de lo que dices y elegir a propósito palabras que creen esperanza, confianza, alegría y Amor. Mañana, dile algo agradable a alguien, pero no por obligación, para quedar bien o animar a la otra persona, o con la intención motivar a un empleado. Dilo porque lo sientes. Porque estas palabras que estás pronunciando provienen de tu corazón y son parte de tu naturaleza. Recuerda que es gratis agregar un poco más de Amor a tus palabras. Escucha de verdad, y ofrece tu presencia a aquella persona con quien estás. Sé todo oídos. Escucha con compasión. Puedes terminar con el sufrimiento de alguien simplemente escuchándolo profundamente. No necesitas resolver sus problemas; con solo estar plenamente presente, la persona que está contigo se sentirá reconfortada y más fuerte que antes. Ofrece calma y energía amorosa en cada conversación que tengas, y verás una reacción totalmente diferente de aquellos con quienes interactúas. Enfatiza lo bueno, lo positivo y lo edificante cuando hables con tus hijos, pareja, amigos o colegas de trabajo. Cada vez que abres la boca, tienes la oportunidad de transformar quién eres y el mundo que te rodea. ¡Imagina cuántas oportunidades tienes todos los días! Selecciona tus palabras con cuidado para asegurarte de no crear discordia, separación, ira, o división entre grupos o comunidades. Date cuenta cuando juzgas, criticas, o chismorreas solo porque siempre lo has hecho y todos a tu alrededor también lo hacen. Tal vez todos deberíamos hablar menos y escuchar más. Habla con atención. Todo tu cuerpo habla. Tu estado de relajación, tu presencia, tu mirada y lo que expresan tus ojos, son parte de lo que dices y cómo escuchas. Tal vez creas que la gente solo recibe lo que dices, pero no es así. Mucha gente puede leer tu energía. Los niños, especialmente los más pequeños, lo hacen todo el tiempo. Saben si estás feliz o triste, estresado o tranquilo. Puede que no entiendan las palabras, pero saben lo que existe en tu corazón. Se han escrito muchos libros sobre el lenguaje corporal. Puedes mentir, pero no puedes evitar que tu cuerpo diga la verdad sobre tu ser. Tienes que encarnar lo que dices, o no funcionará. No puedes decir: "Cariño, te amo" si tus palabras están vacías y estás fingiendo. Tienes que sentir el Amor; necesitas tenerlo dentro de ti para darlo de verdad. Convirtámonos en Amor y compartámoslo con el mundo entero. ¿Practicamos? Empiezo yo: Te mando mucho Amor. ¡Te lo mereces! "Se Impecable con tus palabras. Habla con integridad. Di sólo lo que quieres decir. Evita usar la palabra para hablar mal de ti o para chismear sobre los demás. Usa el poder de
tu palabra en la dirección de la verdad y el Amor" Don Miguel Ruiz El sentido de pertenencia es una de las necesidades más básicas del ser humano. Pertenecer a una tribu era esencial para nuestros antepasados porque sobrevivir solo era sumamente difícil. Estamos biológicamente programados para buscar la pertenencia. Pero ¿qué significa pertenecer? El Cambridge English Dictionary lo define como "un sentimiento de ser feliz o estar cómodo como parte de un grupo en particular y tener una buena relación con los demás miembros del grupo porque te dan la bienvenida y te aceptan". Todos queremos ser amados y aceptados y utilizamos ciertos mecanismos para lograrlo. Algunos decidimos desde muy pequeños que complacer a los demás es una buena estrategia para ser amados. Anteponemos las necesidades de los demás a las nuestras porque pensamos que nos amarán más si lo hacemos. Confundimos el Amor con el sacrificio. Quizás llevamos tanto tiempo sacrificándonos que nos parece un comportamiento normal. Amamos intensamente a los demás e invertimos todo lo que tenemos, incluidos a nosotros mismos, para demostrarles nuestro Amor. Las consecuencias de tratar de complacer a los demás constantemente son numerosas y dolorosas. Una vez nos hemos acostumbrado a preocuparnos más por los demás que por nosotros, nos abandonamos. A largo plazo, esto puede llevarnos a creer que los demás abusan de nosotros y provocar resentimiento al darnos cuenta de que nuestras necesidades nunca son satisfechas, pero si las de los demás. Pero si esta es la dinámica que hemos establecido en una relación, es posible que no sepamos cómo cambiarla. Cuando creemos que si dejamos de agradar a los demás no nos amarán ni nos aceptarán, será difícil que deseemos cambiar nuestra forma de ser. Ponemos las necesidades de los demás en primer lugar en muchas relaciones y ocasiones diferentes. Otras personas, quizás inconscientemente, deciden no brillar con luz propia ni destacar para poder pertenecer a un determinado grupo o establecer una relación. Pertenecer y estar ahí es todo lo que quieren. No se arriesgarán a perder su lugar demostrando su auténtica valía. No poseen suficiente Amor hacia sí mismos y creen que necesitan ser amados por otros para recibir el Amor que tanto anhelan. El problema es que intuitivamente saben y sienten que tienen más que ofrecer a los demás y que no están siendo auténticos. Pero se acostumbraron a mostrarse inferiores a los demás porque eso les provee de Amor y seguridad. Pero esto no les beneficia a ellos, ni a aquellos a quienes aman, porque ellos nunca descubrirán ese ser único que existe si la persona decide no mostrarse tal como es. El perfeccionismo es otra de las formas en la que tratamos de pertenecer y recibir Amor. Podemos creer que si somos perfectos, si no hay nada que nos puedan reprochar en nuestro currículum de vida, mereceremos ser amados y aceptados. Ser perfecto no es posible, pero nos esforzamos cada día para conseguirlo. Lo hacemos controlando las circunstancias, y lo que otros sienten por nosotros. Para ser perfectos tenemos que estar seguros de que no vamos a fallar por eso evitamos ponernos en situaciones en las que podamos quedar mal. Dejamos de probar cosas nuevas y descartamos todo lo que consideramos arriesgado, porque la perfección que buscamos es lo más importante para nosotros. El tratar de ser perfecto requiere mucha atención y esfuerzo, y puede convertirse en nuestro propósito. Pero el único propósito significativo en la vida es convertirse en uno mismo, auténticamente, no tener una fachada perfecta donde escondernos. Sentirás que realmente perteneces cuando sepas que es tu derecho de nacimiento y no algo que necesitas ganarte. Tu corazón conocerá ese momento. Distinguirás perfectamente entre ambas formas de pertenecer, la que tienes que adquirir día a día, esforzándote, demostrando tu valor, y poniendo a los demás primero, y la pertenencia real. La pertenencia aparecerá como una sensación tranquila de merecer ser miembro solamente por ser quién eres, no por tus méritos o esfuerzos. Te invadirá una gran tranquilidad porque realmente pertenecerás al grupo de personas más extraordinario, aquellos que saben de qué es el Amor y que la fuente del Amor son ellos mismos. “Puede que actuemos de manera sofisticada y mundana, pero creo que nos sentimos más seguros cuando nos adentramos en nosotros mismos y encontramos nuestro hogar, un
lugar al que pertenecemos y quizás el único lugar al que realmente pertenecemos” Maya Angelou Hay momentos en la vida en los que necesitas cuidar de ti radicalmente. Cuando todo se acumula, estás demasiado ocupado, tu calendario está lleno de asuntos personales y laborales, y comienzas a sentirte agotado, estresado o ansioso, ese es el momento de detenerte y reflexionar sobre tus circunstancias actuales y de reservar tiempo para ti. Es hora de cuidarte, cargar baterías y regenerarte. Tú no eres como una máquina que, cuando tiene la batería baja, se puede conectar a la corriente y, en poco tiempo, restaura al nivel de energía original. Tendemos a pedir a nuestros cuerpos y mentes más de lo que pueden dar. Posponemos nuestras necesidades, priorizamos otras y sacrificamos nuestro bienestar por diferentes razones. Yo lo hago sin darme cuenta con cierta frecuencia. No soy quién para decirte que disminuyas el ritmo que llevas. Pero deseo recordarte que es tu responsabilidad cuidarte. Una vez pierdes la salud, el buen humor y las ganas de vivir, te llevará más tiempo recuperarte que si te detienes y tomas algunas medidas reparadoras cuando observas los primeros signos de agotamiento, falta de alegría o fatiga. La vida pierde su sentido cuando no te sientes bien emocional, espiritual o físicamente. Tiene sentido que esto suceda, pero ignoramos las señales repetidamente hasta que nos encontramos con problemas, nos enfermamos, o necesitamos unas largas vacaciones para recuperarnos de todos los excesos. Lo sentirás. Tu cuerpo te enviará suficientes señales. Lo verás en tu estado de ánimo y en la ausencia de felicidad. Si necesitas parar, hazlo ahora. No esperes más. Si no paras tú, la vida lo hará por ti. Por lo general, a lo grande, en el momento más inesperado, cuando crees que no tienes tiempo para parar, cuando tienes que resolver muchas cosas, cuando estés haciendo grandes planes para tu vida, negocio o familia. La vida impondrá orden. El cuidado personal debe ser radical. No hay excusas. Nada más es más importante que esto cuando necesitas cuidarte. ¿No sería mejor empezar a cuidarte ahora, no perder tu balance y disfrutar la vida al máximo? ¿O quieres seguir adelante de igual manera hasta que tu batería esté tan baja que recargarla te lleve mucho tiempo? Es tu decisión. Parece que la vida te empuje en una dirección, y que únicamente puedas decir sí a tus compromisos y a los que siguen llegando. Distintas cosas pueden estar solicitando tu tiempo y energía: familiares, trabajo, hijos, una mudanza, una enfermedad… No importa lo que sea. Lo que es crucial es que reconozcas rápidamente que necesitas estar ahí para ti y cuidarte, para poder servir a los demás adecuadamente. Hazlo porque te amas, porque te lo debes. Aprende a decir 'no' cuando sea necesario. Decide lo que puedes y no puedes hacer. Delega, pospón, o pide ayuda a alguien si la necesitas. No eres invencible. Reconoce lo que necesitas. Pero si escuchas profundamente, notarás la existencia de una voz susurrando en tu interior, pidiéndote cosas como más horas de sueño, descanso, silencio, relajación, aire limpio, respiración adecuada, movimiento, ejercicio, estiramientos, hidratación o un tipo concreto de comida. La voz se comunica contigo en todo momento, pero es posible que no la escuches en medio del caos y el ruido de la vida moderna. Piensa en cómo vivían nuestros antepasados. Estaban más en contacto con la naturaleza que nosotros; comían alimentos de temporada y tenían tiempo para conversar, escuchar o tocar música, leer, contemplar el mundo a su alrededor y pasear. Ellos vivieron lentamente, y nosotros no lo hacemos. Te invito a considerar si bajar el ritmo puede ayudarte a cuidarte radicalmente. Eres el ser más importante del mundo. Solo hay uno como tú. No hay sustituto para ti. No te subestimes. Mereces cuidarte. ”Nuestras vidas están muy ocupadas, y para muchos de nosotros las demandas son abrumadoras. Algunos de nosotros nos enfocamos tanto en las necesidades de los
demás que nos perdemos de vista. Detente, por un momento. Respira profundamente. Quédate quieto. Presta atención. Concéntrate en mejorar tu vida. Una situación a la vez. No puedes cuidar de los demás si no cuidas de ti" Carlos Wallace Me he sentido impotente y sin fuerzas en numerosas ocasiones. Creo que todos nos sentimos así en ciertos momentos de nuestras vidas. Cuando tienes que tomar una decisión importante, o la vida te presenta un gran desafío, podemos sentirnos abrumados y temerosos y a veces decidimos, conscientemente o inconscientemente, que no podemos enfrentarnos a ello, que no estamos listos, que no somos capaces, o que no sobreviviremos. Imagínate ante un diagnóstico de enfermedad grave, al borde del divorcio sin recursos económicos, o queriendo dejar un trabajo que no te satisface pero que te da la seguridad y el salario que deseas. ¿Qué hacemos en estas situaciones? No sé tú, pero yo tardo mucho tiempo en tomar decisiones, especialmente las importantes. Me he quedado en relaciones a las que ya no pertenecía durante demasiado tiempo. He esperado eternamente para cambiar mi vida porque no me sentía lo suficientemente poderosa. ¿Te ha pasado a ti algo parecido? ¿Por qué nos comportamos así? ¿Por qué esperamos tanto para cambiar nuestra vida, sabiendo intuitivamente que hay algo mejor esperándonos? Una vez has pasado por el proceso y sobrevivido a él, es fácil mirar hacia atrás y preguntarte, ¿por qué no hice esto antes? Pero en el momento en el que estabas enfrentándote al desafío, sentiste que hacerlo era impossible, que te llevaba al fin de tu vida y del mundo que conocías. Existe un coste de oportunidad si permaneces en la misma situación y no aceptas el poder que tú tienes para cambiar tu vida. Pero el miedo nos paraliza, o la falta de recursos, o el sentimiento abrumador de que no somos lo suficientemente capaces. El desafío puede ser algo así como asumir tu poder y dejar una relación o divorciarte, encontrar un trabajo que te guste y te permita desarrollarte, o buscar una solución diferente para cuidar de ti mismo o superar una enfermedad crónica. Quedamos paralizados porque es lo que hemos aprendido a hacer como mecanismo de supervivencia. Bajo estrés, tendemos a luchar con el factor estresante o huir de él. Digamos que el estrés es, por ejemplo, un problema económico, la versión moderna del león que nos persigue en la sabana. ¿Qué pasa cuando piensas y sientes que no puedes luchar porque no sabes cómo, no tienes los recursos necesarios, y tampoco puedes huir porque es evidente que el problema no se va a ir porque no le hagas caso? Tu sistema nervioso se paraliza y entra en modo supervivencia. Puede que dejes de respirar normalmente porque quieres esconderte, pensando que si te haces pequeño o desapareces, el monstruo que te persigue, el león, el problema económico, no te encontrará. Pero pasa el tiempo, y la situación se agrava o permanece constante. Una persona bajo un estrés permanente que no es liberado sufre, lo que genera infelicidad, mayor pérdida de poder y tal vez una condición física crónica en el cuerpo. Te invito a abrazar tu poder como solución a los desafíos a los que te enfrentas en cualquier área de tu vida. Puedes hacer lo que te propongas, y lo harás. Puede que no sepas cómo, pero debes confiar en ti y pedir ayuda a los mortales, a los dioses o al Universo. Tu poder reside en la conexión contigo mismo, lo divino y todo lo que existe. Porque no importa cuán impotente te sientas, eres poderoso más allá de toda medida. “Todo el mundo tiene dentro de sí una buena noticia.
¡La buena noticia es que no sabes lo genial que puedes ser! ¡Cuánto puedes amar! ¡Qué puedes lograr! ¡Y cuál es tu potencial!” Ana Frank El Amor no es un sentimiento pasajero que alguien puede robarte o que simplemente desaparece. El Amor es una energía que se apodera de ti. Si te has enamorado alguna vez en tu vida, seguro que recuerdas la increíble sensación que sentiste. Ni siquiera necesitabas estar en la presencia de esa persona para sentir Amor. Recordar un momento que disfrutasteis juntos te devolverá esa increíble sensación de Amor que sentías en tu interior. Pero ¿qué sucede con el Amor cuando pasa el tiempo y el efecto de la luna de miel disminuye? ¿Se puede estar enamorado toda la vida? Parece complicado estar siempre enamorado en una relación romántica porque el Amor se transforma y cambia. Te transforma a ti y a la otra persona. Se vuelve más profundo y se convierte en algo que no sucede espontáneamente, sino que se crea día a día. Cuando el Amor se vuelve más profundo y la intimidad aumenta, es posible que no sientas la misma adoración y pasión hacia esa persona, pero aunque el enamoramiento haya desaparecido, tú eliges compartir tu Amor. Hay un Amor que reside en tu interior. Nadie te lo puede quitar porque tú lo creas. Eres tú quien lo cultiva. Con este Amor viajas por la vida con el corazón abierto permitiendo que el Amor fluya libremente y llegue a los demás. No es Amor romántico sino Amor verdadero. Es un Amor que ve al otro como es, no como tú deseas, imaginas o quieres que sea. Es un Amor que acepta y no juzga a los demás. Es un Amor que perdona las faltas del otro y las tuyas. No tenemos un nombre diferente para este tipo de Amor, usamos la misma palabra: Amor, pero se trata de algo diferente. Puedo decirle a alguien que me gusta, pero no es equiparable a decirle te amo. Podríamos llamarlo aprecio porque agrega una dimensión al Amor del que estoy hablando. Para apreciar algo, tengo que verlo, darme cuenta de que existe, conocerlo, y entonces puedo decir que lo aprecio. El aprecio está conectado con el agradecimiento. Si te aprecio tal como eres estaré agradecida de poder compartir mi Amor contigo. El Amor es universal; todos disponemos de Amor y podemos compartirlo con todo lo que existe. Cada idioma tiene diferentes expresiones para el Amor. Por ejemplo, en español tenemos la expresión "te quiero" que no suena igual en inglés. Pero no importa si digo "Ti Amo", "Je t'aime" o "T'estimo". Lo que importa es que lo diga de corazón. El Amor no es una palabra; es un estado de ser que demuestras a través de tus acciones. “El Amor es una fuerza más extraordinaria que cualquier otra. Es invisible: no se puede ver ni medir, pero es lo suficientemente poderoso como para transformarte en un momento”
Bárbara de Angelis ¿Has experimentado alguna vez la sensación de conocer a alguien profundamente pero en realidad acabáis de encontraros? Ese sentimiento de familiaridad con otro ser puede indicar una conexión de vuestras almas. Quizás has conectado con los ojos de un desconocido en una fiesta y te has sentido totalmente conectado a ese ser. No os conocéis, pero parece que vuestros corazones si se han reconocido. Pero ¿qué significa una conexión a nivel del alma? Tienes más de una familia. Perteneces a un grupo de almas con las que viajas a lo largo de tus vidas: son tu familia del alma. Te encontrarás con algunos de estos seres durante esta encarnación. Esas personas pueden ayudarte de muchas maneras diferentes. Algunos seres se quedarán contigo durante mucho tiempo en este viaje, y otros simplemente se cruzarán contigo brevemente. No importa cuán largo sea el encuentro; será importante. Las almas gemelas entran en esta categoría de conexiones del alma, pero no es el único tipo de conexión que existe. Estás conectado a nivel del alma con personas con las que no establecerás una relación romántica, o tal vez ni siquiera una relación, porque vuestro encuentro será breve. Pero te aseguro que vuestra unión tendrá un propósito en tu vida. Las conexiones del alma pueden incluir a aquellos seres a los que llamas amigos, amantes, buenos colegas, socios y también miembros de tu familia en la tierra. Las almas, encarnadas o no, se apoyan unas a otras y establecen acuerdos para ayudarse mutuamente a superar los desafíos y crecer. Una persona con la que sientes afinidad y que conoces desde hace algún tiempo puede desempeñar un papel importante en tu vida y transformarla, pero alguien a quien acabas de conocer puede hacer lo mismo por ti. Todo depende de vuestra conexión de Amor y también de acuerdos previos. Por lo general, las almas acuerdan ayudarse con un propósito definido cuando ambos están encarnados, pero también pueden hacerlo desde el otro lado. Por ejemplo este ser puede tener talentos que tú necesitarás en esta encarnación, o puede apoyarte de una manera que no puedes hacer por ti mismo. Apoyar a otro ser puede no significar lo que tú imaginas. Supongamos que yo he decidido aprender a amarme en esta encarnación. En ese caso, podría establecer una relación con alguien que se ame realmente y despierte este estado de ser en mí. Pero también puedo conectar con alguien que se ama pero no me invita a hacerlo, y yo debido a esa experiencia y relación aprenderé a hacerlo por mi cuenta. Ambos caminos son posibles. Una vez encarnadas en la Tierra, las almas aspiran al Amor incondicional, pero no lo viven en todo momento. Estamos aquí para aprender a amar. Estas almas pueden aparecer en tu vida cuando las necesites sin ser llamadas porque están unidas a ti. Algunas almas pueden permanecer en tu vida y apoyarte durante mucho tiempo, y otras se reunirán contigo brevemente, o se quedarán en tu vida mientras las necesites y después se marcharán hasta que os volváis a reunir en vuestro próximo encuentro. Tus conexiones a nivel del alma son vitales en tu camino de desarrollo y estarán allí para ayudarte con diferentes asuntos que hayas decidido resolver en esta vida, o para compartir el Amor durante el viaje de la vida. Distinguirás a esos seres por el Amor que compartís. No significa que la relación sea perfecta, pero sin duda transformará tu vida para siempre. “Tal vez no se trata del tiempo que conoces a alguien; tal vez se trata del reconocimiento instantáneo a nivel inconsciente. Nuestras almas se conocen”.
S.E. Sala Es posible que desees cambiar algún aspecto de tu personalidad o comportamiento. Convertirte en la mejor versión de ti es un gran plan; el problema es que solemos embarcarnos en este proceso juzgándonos con dureza. La mejor manera de cambiar algo es hacerlo por Amor, Amor por ti. ¿Quieres dejar de fumar o empezar a hacer ejercicio? ¿Quieres gozar de mejor salud o perder algunos kilos? ¿Quieres ser más amable o estar menos frustrado? Cualquiera de estos cambios requiere que te ames más de lo que te amas en este momento. Un buen comienzo para conseguir cambiar es aceptar la situación en la que te encuentras y a ti tal como eres. Aceptarte significa no rechazarte porque no eres como quieres ser o porque tu vida no se parece a lo que esperabas de ella. Elige cambiar porque quieres, porque es bueno para ti. No lo hagas negándote el Amor hacia ti o torturándote. Si no deseas cambiar nada en este momento, no lo hagas. Sé libre para elegir. Sé paciente y honesto contigo. No crees una guerra interna. Perdonarte te permite empezar de cero en este proceso de cambio. Tal vez has intentado cambiar algo varias veces y has fallado. Pero si te enfrentas al desafío del cambio desde un sentimiento profundo de no ser capaz, no te ayudará. Empieza desde cero. Esta es una situación nueva, y no eres la misma persona que eras ayer. Puedes hacer las cosas de manera diferente; sentirte más poderoso ahora, tener más recursos que antes, o sentirte más motivado y empoderado después de leer estas líneas. Cambiar tu estado de ser provocará cambios externos que harán más fácil la transformación. Un elemento clave para alterar cualquier cosa en tu vida es cambiar la opinión que tienes sobre ti. ¿Te ves como un campeón, capaz, inteligente, sabio y dispuesto a enfrentarte a cualquier desafío en la vida? ¡Esas son buenas noticias! Pero si estás estancado en tu historia de fracaso por algo que experimentaste en el pasado o que está sucediendo ahora, o sientes que no eres lo suficientemente bueno, el proceso se complicará. Si te culpas por las oportunidades perdidas, los fracasos, los errores, las malas acciones, y no puedes dejar de lado la idea de que hay algo que no funciona en ti, será difícil que puedas concentrar tu energía en el cambio que deseas. Esa es la verdadera razón por la que nos quedamos atrapados en algún momento de nuestra vida. Algo nos sucede, y no podemos avanzar. Puede ser un divorcio, ser despedido, perder a alguien a quien amamos o algo que valoramos. Después de un gran evento doloroso o una combinación de muchas pequeñas experiencias, seguimos caminando, pero lo hacemos profundamente heridos. Tenemos una herida en el lugar que más duele: nuestro valor personal, sentimiento de importancia y singularidad. Pero puedes liberar lo cualquier cosa que te haya sucedido en el pasado. Puedes perdonarte y empezar de nuevo. Incluso los eventos más traumáticos serán parte de tu historia, pero no determinarán tu futuro a menos que permitas que suceda. La parte esencial del cambio es el compromiso a amarte pase lo que pase. Cuando lo decidas, lo sientas profundamente y sepas cómo hacerlo, te darás cuenta de que eres más importante que lo que te impide cambiar y estarás listo para actuar. Pasar a la acción significará centrarse en el nuevo Tú que estás construyendo, en la nueva realidad que estás creando. En lugar de luchar contra el viejo Tú para cambiarlo, puedes crear un Tú diferente con nuevos valores y sistemas de creencias que te respalden. Imagina un nuevo Tú que es comprensivo, compasivo y amable contigo; un ser que siempre tiene palabras de Amor para ti y no palabras duras. ¿Quién serías si no creyeras que hay algo que no funciona en ti o en tu vida? Deseo conocer a este nuevo Tú que es consciente de sus imperfecciones pero que las acepta todas con una sonrisa y sigue caminando por la vida, paso a paso, reconociendo su esencia de Amor. La única razón para cambiar es el Amor. Sé libre para elegir el Amor. Cuando conectes con el Amor en tu interior, cambiarás. "Debes asumir la responsabilidad personal. No puedes cambiar las circunstancias, las estaciones o el viento, pero puedes cambiarte a ti. Eso es algo de lo que estás a cargo"
Jim Rohn Muchas personas creen que su importancia depende de sus logros y posesiones materiales. Pero el valor propio no está relacionado con lo externo a ti, sino con quién eres. No hay nada que necesites hacer o ser, para tener mayor valor. Tienes valor porque existes, porque eres tú. Sentir que eres valioso está relacionado con saber quién eres y reconocer tus dones y talentos. Nadie puede quitarte tu valor excepto tú mismo. Lo que piensas sobre ti es el factor clave que determina tu importancia, independientemente de lo que los demás crean que eres capaz de hacer o de lo que puedas tener o conseguir. A menudo, buscamos la aprobación o validación de los demás para crear una opinión sobre nosotros. Nos resulta difícil creer que tenemos valor porque confiamos en lo que otros piensan, o en las reglas que impone la sociedad, más que en lo que sentimos sobre nosotros. Miramos hacia el exterior para ver si encajamos y comprobar lo valiosos que somos. Si otros tienen más, sentimos que somos inferiores. Si nosotros tenemos más, nos parece que lo estamos haciendo bien. Cuando te comparas con los demás, puedes llegar a pensar que no eres lo suficientemente bueno o que no vales la pena. La causa de esto puede ser la falta de autoaceptación. Tal vez te estés juzgando muy duramente debido a las expectativas que te has fijado. Los planes que no has podido llevar a cabo pueden hacerte sentir que no has llegado al punto en el que querías estar en la vida. Como resultado, sientes que eres menos de lo que quisieras ser, lo que provoca un enorme sufrimiento. La falta de dinero, educación, posición, relaciones, u oportunidades, no hace que tu existencia tenga menos valor. Pero lo que piensas sobre ti y tus defectos, afecta a tu percepción sobre el valor que posees. Si no sabes quién eres realmente y lo qué aportas al mundo con tu presencia, te resultará difícil comprender lo importante que eres. El cultivo de la apreciación de quién eres, solo por lo que eres, hará que te sea más fácil comprender tu valor como ser. Tal vez estés pensando: "¿De qué soy digno?" Eres digno de Amor, abundancia, libertad, oportunidades y mucho más. Eres digno de disfrutar la vida. Tratamos de ganar Amor y valoración dando a los demás. Cuanto menos apreciados nos sentimos, más nos enfocamos en dar. Pero tiene que haber un equilibrio entre el dar y el recibir. Sentir que eres importante significa abrir tus puertas para recibir lo que mereces, lo que sientes que puede ser tuyo. Prepárate para eso. Céntrate en acoger y celebrar aquello de lo que te sientes digno. Conecta con lo que ya es tuyo. Deja de esforzarte tanto en hacer que las cosas sucedan y reconoce tu propio valor. No tienes que hacer ni solucionar nada para tener mayor valor, solo debes sentir que eres importante. Lo único necesario es que seas tú mismo. Eso es suficiente. Relájate. "No hay nada más gratificante que hacer que las personas se den cuenta
de que valen la pena en este mundo" Bob Anderson |
Autora
Judith Costa es Coach de Amor Incondicional, creadora de cursos, escritora y conferenciante. Posee un Máster en Psicología y Psicoterapia y un MBA. Es consultora certificada y profesora de Registros Akáshicos, terapeuta de vidas pasadas y entrenadora de felicidad certificada. Ayuda a sus clientes a amarse a si mismos, a manifestar la relación que desean, y la vida que merecen. Archivos
November 2023
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